Álvaro Jaén López, artista urbano ilicitano de 28 años, se enfrenta a a una pared de 30 metros de largo por 3 de alto para plasmar su visión de lo que fue la antigua Fábrica de Tabacos de Alicante, hoy centro cultural Las Cigarreras. Cómo él, y en superficies similares, otros cinco artistas -Carlos Maciá, Abigail Lazkoz, Moisés Mahiques y el proyecto Crajes de Jessica Ruiz y Carla Rendón- "tomarán" con pintura las paredes interiores de la Caja Blanca de Las Cigarreras, que acoge la primera intervención mural que se realiza en un centro cultural de Alicante y una de las pocas que se han llevado a cabo en España.

"Hasta hace muy poco no se hacía nada de esto en los museos y es interesante que se haga en un centro público, con las puertas abiertas desde el lunes, donde la gente puede ir viendo la evolución de las creaciones", explica Alicia Ventura, comisaria de este proyecto work in progress, donde los espectadores han podido desde el lunes contemplar el proceso de creación hasta su culminación mañana, viernes.

"En un centro tan contemporáneo como éste tienes que meter la calle dentro y lo que queríamos era que la pintura invadiera Las Cigarreras", apunta Ventura, que añade que con los murales "la mano está muy libre cuando se pinta en la pared y nos parecía muy interesante reunir a artistas con diferentes técnicas -rotulador, spray, pincel- para crear a partir de un mismo tema: la historia de Las Cigarreras y de las 6.000 mujeres que trabajaron aquí".

De este modo, Álvaro Jaén incide en su obra en "la relación de las cigarreras, que en el siglo XIX eran 500 hasta llegar a 6.000 en el siglo XX, a partir del tabaco y de la fe religiosa que compartían". Jaén, que suele pintar en la calle o en espacios abandonados, celebra la iniciativa y considera que "antes esto era considerado vandalismo y ahora parece que se tolera más".

Las catalanas que forman el grupo Grajes, Jessica y Carla, de 23 y 24 años, añaden que aprovechan cualquier oportunidad para hacer pintura mural, "ahora que en Barcelona está prohibido pintar en la calle", aunque también realizan obras sobre lienzo o papel, arte digital, ilustración o esculturas. "Nos hemos centrado en ensalzar la figura de las mujeres, porque un espacio no es nada si no hay nadie, en una especie de retablo, porque la religión era importante en aquel momento, y con flores, algo que utilizamos mucho", explican mientras dan retazos a su obra.

El gallego Carlos Maciá ha llenado de chorretones su espacio, como si la antigua fábrica sudara aún tabaco, que ha titulado 30 kilos de marrón tabaco. "Quería reflejar la memoria de lo que fue esto y una de mis obsesiones, la pintura que se va del marco ortodoxo y que se sale del cuadro", resume el artista de estética underground.

Abigail Lazkoz, artista vasca afincada en Nueva York, se pelea con su pared en blanco y negro, que pinta con pincel a mano alzada. Ella ha optado por "hablar del pasado fabril de la industria del tabaco, mezclado con la descripción que Emilia Pardo Bazán hace en su novela La Tribuna de la vida de las cigarreras cuando celebraban el Carnaval de puertas adentro".

Moisés Mahiques transmite la lucha de las mujeres cigarreras con el cuerpo como lenguaje en imágenes superpuestas a partir de un cartel de Renau, El pueblo en armas, "porque estas fueron mujeres reivindicativas que empezaron a introducirse en el mundo profesional".

El resultado de la exposición El arte efímero. Intervenciones murales, realizada en colaboración con la Obra Social CAM, permanecerá hasta el 21 de octubre y de ella Javier Guijarro realiza una grabación que mezcla time-lapse (miles de fotos que luego se montan en video) con pequeñas tomas de video en tiempo real, del que saldrá un DVD. Asimismo, Alicante Colors cubrirá hoy el mural exterior.