Con diez minutos de retraso respecto al horario previsto y golpeando fuerte: la primera canción que cantó fue su famoso éxito "Relax, take it easy".

Así comenzó Mika su concierto en la madrugada entre el viernes y el sábado en el Low Cost Festival, en la que fue, de largo, la intervención más esperada de la cita musical y la que más hizo vibrar al público congregado en Benidorm. Aunque tampoco hay que desmerecer la actuación, casi paralela a la de Mika, que ofreció el dúo canadiense de música electrónica Crystal Castles, uno de los recitales que mejor sabor de boca ha dejado en la recién terminada edición del certamen benidormí.

El cantante de origen libanés respondió a la gran expectación creada y su concierto fue una fiesta en el sentido completo del término, pura diversión. Al poco de empezar a cantar Mika, una enorme pierna de mujer de plástico culminada en un espectacular zapato de tacón se infló entre el público, para sorpresa de los fans de la música congregados en la ciudad deportiva Guillermo Amor de Benidorm. Sobre el escenario, el artista anglolibanés no paró de bromear. Incluso hizo las veces de torero con un improvisado capote y llegó a matar de forma figurada hasta a cinco de los componentes de la banda que le acompañó en las tablas.

"Soy un toreador", exclamó Mika. Este fue uno de los pocos errores con el español que cometió el cantante, habitual por otra parte entre los extranjeros que se expresan en la lengua de este país. El artista no paró de hablar con el público, muy comunicativo toda la velada. Y es que Mika tiene un gran dominio del español, así como del francés, idioma que utilizó para cantar uno de los últimos temas de su actuación, tras realizar un bis. Esto se explica porque, aunque nació en Beirut, pasó los primeros nueves años de su vida en París, hasta que su familia emigró a Londres.

"Es un placer estar aquí esta noche", dijo tras cantar las primeras canciones. "He llegado a Benidorm hace 25 minutos tras cinco vuelos", se disculpó la estrella. El concierto de Mika estuvo pendiente de un hilo hasta el último minuto y el artista no pudo realizar ni siquiera una prueba de sonido, motivo por el cual se volvió a disculpar de nuevo. Tuvo que hacer la comprobación en directo, sobre la marcha. "Es el mejor chenck sound que he hecho en mi vida", sentenció.

A pesar de los esfuerzos del vocalista, extremadamente delgado, el sonido no llegó con la nitidez del todo deseada. El nuevo equipo que se estrena en el Low Cost, el flamante Adamson-15, debe estar aún en pruebas. Y eso que ha venido acompañado de más de medio centenar de técnicos, procedentes de Europa, Estados Unidos y Canadá. Esto no restó ni un ápice a la fiesta de Mika, culminada con la interpretación del tema Grace Kelly. Con la canción que el artista le dedica a la malograda actriz se alcanzó el punto álgido del encuentro musical.

Antes de que Mika apareciera, pasó por el escenario Budweiser Vetusta Morla. Los madrileños estuvieron acompañados de su incondicional legión de seguidores. No faltó la interpretación del tema "Copenhague", convertido casi en un himno de la banda. También sonó "La cuadratura del círculo", con el que se cerró su concierto. Los chicos de Vetusta Morla quisieron ofrecer un bis al público, pero la organización se lo impidió. Todo estaba listo para que diera comienzo la fiesta de un Mika que en Benidorm se pareció más a Elton John que a Feddy Mercury.