Muralista, grabador, dibujante pero, sobre todo, escultor en bronce y hierro. Jorge Castro, artista catalán que eligió Alicante como tierra para crear, falleció ayer a los 73 años. Hoy será enterrado en su lugar de adopción, a las 15.45 horas, en el Tanatorio Cristo de la Paz de San Vicente.

Francia, América y de nuevo España marcaron la trayectoria vital y creativa de este artista que se volcó en la doma y esculpido del bronce y del hierro desde los años 70. Abandonó la técnica mural, pasó por diferentes fases y experimentó con diversos materiales, centrando su evolución en el tratado de los metales. El escultor, de origen asturiano, encontró en la calidez del bronce el medio con el que expresarse y plasmar su visión del mundo que le rodeaba y su crítica y preocupación por los países que sufren dictaduras, compromiso inspirado por su experiencia americana.

Salas de Argentina, Brasil, Canadá, EE UU, Francia, Austria, Inglaterra o Alemania fueron testigos de su habilidad artística desde que en 1986 se estableciera otra vez en su país de nacimiento. Castro recibió varios reconocimientos y sus piezas forman parte de muchas colecciones artísticas institucionales y privadas en Europa y América.

Castro hizo de los escorzos y bucles en hierro de la exposición Lazos, su primera muestra en el Club INFORMACIÓN, un homenaje a un elemento común de todas las culturas que simboliza unión, el vínculo entre humanos. La totalidad de la obra de Castro refleja cómo el artista buscó siempre reflejar la emoción humana. Con él se va el talento de quien supo transformar la frialdad del metal en elocuente víscera.