No viven de los éxitos de otros, engrandecen discografías ajenas. No imitan a leyendas del rock and roll, hacen esto en conmemoración suya. Los músicos de las bandas tributo, como se conoce a las formaciones musicales que tocan en directo repertorios de un sólo grupo consagrado, no copian a los Beatles, a Queen o a los Ramones; interpretan sus composiciones con la dignidad con que "un director de orquesta interpreta partituras de Beethoven", como explica Jero Martínez, bajista de Green Fish. Cuando temas como I want to hold your hand Bohemian Rhapsody van camino de convertirse en patrimonio de la humanidad, adaptar con estilo sin desmerecer el original es un ejercicio de virtud. Y una forma rentable de unir pasión por la música, diversión y trabajo. Son muchas las bandas tributo que se ganan la vida en la provincia de Alicante recordando los hits de mitos como Elvis Presley, AC/DC o los Rolling Stones, multitud los fans que acuden a sus conciertos atraídos por poder escuchar en vivo voces y acordes que no volverán y numerosos los locales que explotan este negocio desde Benidorm a Torrevieja.

Desaparecidos Lennon y Harrison, irrepetibles los Beatles, "el grupo más importante que ha existido", en opinión de Chema Lledó, líder de The Liverpool Band, o lo que es lo mismo, el John Lennon de los beatles alicantinos. Son la formación de tributo más sólida de la provincia, con una carrera de más de trece años y una agenda de conciertos nacional e internacional que les coloca, oficiosamente, como los mejores de España resucitando en directo a los cuatro que cruzaron Abbey Road. Invitados a la International Beatle Week de Liverpool, recorren el país con giras y conciertos.

Pero Chema, su hermano Jesús (George Harrison), Jorge Aniorte (Paul McCartney) e Iván Martínez (Ringo Starr) tienen una actitud muy sencilla. Son profesores y empleados treintañeros, ensayan en Crevillent y se toman el tributo como una forma de ganar un complemento al sueldo con su hobby. "Hacer esto no cuesta ningún esfuerzo, es pasártelo bien. Empezó en una fiesta de la universidad, fue yendo a más, a tener tirón, y mejoramos", apunta Chema, quien luce en el escenario, como sus compañeros, un traje a medida. "Es como el de la gira americana del 65", una inversión nada desdeñable pero lógica para un grupo de fans que quiere "hacer las cosas bien, ya que te pones". No sólo la indumentaria es idéntica. Internet ha sido su aliado para comparar los instrumentos Rickenbacker, los amplificadores Vox y demás parafernalia beatle. En el bombo de la batería, -Ludwig, como la de Ringo Starr- lucen el orgulloso logotipo de la Liverpool Band.

Los emblemas de estas bandas suelen imitar siempre a los originales del grupo en tipografía y estilo, pero reivindican siempre su nombre. Y en el caso de los Ramonets, creyentes del punk rock de los neoyorquinos comandados por Joey Ramone, sus raíces alicantinas y valencianoparlantes desde que se fundaron en marzo.

Crevillent es, junto a Torrevieja y Benidorm, el municipio donde se mueven más músicos de tributo. El George Harrison de la Liverpool Band es también uno de los cinco jóvenes que apuran la veintena rindiendo homenaje a Ramones. Fran, de 35 años, bajista y el veterano de esta banda que ronda los 28, explica cómo los ensayos semanales van poco a poco convirtiéndose en horas de estudio "ramonianas" inspiradas por el espíritu de "la Liverpool". "Ellos tienen el espectáculo más perfilado, y nosotros, aunque somos cinco, uno más que los Ramones, vamos por ese camino, mejorar el vestuario y la actitud al tocar para parecernos más a ellos", asegura. Enganchados a canciones como Teenage Lobotomy desde "que sonaban en los 80", tratan de emular la pose y los movimientos de un grupo que "conectaba con el público desde la primera canción, algo que es muy difícil".

Más sencillo les resulta encontrar lugares y gente dispuesta a ver a los Ramones de Crevillent, porque sus ídolos son un grupo "legendario" y su público "muy nostálgico". Anoche estaba previsto que tocaran en el Cure, un garito muy ramoniano de la Ruta de la Madera de Alicante. Su show es "demasiado amateur", como para preocuparse mucho por el caché o por los inspectores de la SGAE.

La profesionalidad en el tributo la aportan los músicos de Chess, un grupo fundado por Christian Lehane, batería belga afincado en Torrevieja que reunió en 2009 a sus compañeros de banda para emular "sin que se eche en falta una sola nota o un tono de voz" a los inimitables Queen. Actúan dos o tres veces por semana en salas como The Corner, en San Pedro del Pinatar, The Lounge Bar de Torrevieja, en la sala Rockstar de Benidorm, en fiestas de pueblos y en otros locales de dentro y fuera de la provincia cobrando cachés de entre 500 y 1.500 euros. "Intentamos vivir de Chess, pero no imitamos a Queen. Cantamos los cinco en canciones como Bohemian Rhapsody, cosa que ellos no hacían, y salimos con vestuario propio, sin vestirnos como ellos. Además, yo soy dos veces más grande que Roger Taylor" ríe Christian, el mayor de esta banda que también ronda la treintena. Ha visto dos conciertos de "la Reina" en sus tiempos gloriosos. "Sus temas son muy complicados, obras de arte, no tienen una batería normal de rock: acentos, juego de platos en momentos clave... hay que estudiar para que salga todo igual". Chess ("ajedrez"), cuyo nombre y logo no tienen nada que ver con su banda fetiche, preparan un primer disco con sus temas propios. "Sonará parecido a Queen, claro", bromea.

Quien se toma más en serio el parecido con su ídolo es, con diferencia, Emilio Sánchez, camarero nacido en el barrio alicantino de Carolinas Altas. Los vinilos del rey del rock de sus padres educaron al niño que hoy es Emilvis, uno de los mejores imitadores del mundo de Elvis Presley. Ha sido reconocido como uno de los timbres de voz más parecidos al del desaparecido Presley en el Elvis International Festival. Desde entonces, ha grabado tres discos con temas del célebre hijo adoptivo de Memphis y sigue haciendo giras y conciertos.

La mayoría de estos músicos tienen proyectos paralelos donde tocan sus propias canciones, y, aunque normalmente no les dan de comer, se quitan la espinita de ser autores de canciones y no sólo intérpretes. "Ya pasamos por esa etapa, somos gente grande. Quizá nos sentimos mal por eso en su momento, pero ahora estoy contento. Vivo de la música, y es lo que quise siempre", reflexiona Ale Stabile, bajista de AC/DC Tributo e integrante de Maniac, donde desarrolla sus temas.

Nació en Argentina, donde grabó discos y llenó conciertos con su banda, Curly, pero se vino a Alicante hace años. Imprimen su sello personal en versiones clavadas de clásicos como Highway to Hell "sin tener que salir vestidos de colegial", como el legendario Angus Young, emblema del potentísimo hard rock de la banda australiana.

Rolling Stones o Pink Floyd son bandas también recordadas por músicos profesionales residentes en Alicante que, de vez en cuando, viven de revivir leyendas.

Cuando una sola banda no explica el rock'n'roll

Green Fish es uno de los muchos grupos de versiones de rock que llenan pubs en la costa alicantina tocando éxitos de todo tipo de bandas y épocas. Como ellos, Off Limits, Moe's Band, Disco Inferno, The Rockets o Motorcity están formadas por músicos con trayectoria que se ganan la vida o complementan sueldo tocando "versiones de otros, algo que en la música no está mal visto, siempre que no las destroces". Jero Martínez, bajista de esta banda habitual del Pub Frontera de la Playa San Juan, recuerda que muchos grandes "han hecho versiones, desde M-Clan a Eric Clapton". La SGAE les deja tranquilos: "el canon lo paga siempre el bar".