No es nueva la relación de la familia de Óscar Esplá (1886-1976) con Caja Mediterráneo. En 1986, un par de hojas de El pirata cautivo y otros documentos integraron el Fondo Documental Óscar Esplá, puesto en marcha a raíz de la conmemoración del nacimiento del compositor, gracias a la generosidad de su hija Amparo. Diez años más tarde, los herederos donaron a la CAM su biblioteca personal, con un total de 1.900 volúmenes, y alrededor de 2.500 documentos, entre el epistolario, fotografías, artículos de mano y reseñas de los estrenos, que pasaron a engrosar el citado legado. En 2009, el testamento de Amparo dejaba por escrito que se donase su piano Pleyel a la entidad y el año pasado fueron los dos hijos aún vivos del músico y compositor, María Luisa y Gabriel, los que se decidieron a ceder todas las partituras que se encontraban en la casa de la calle Acacias de Madrid donde residió Esplá.

La actual gestora de la Biblioteca Gabriel Miró, Zoila Helbenso, fue la encargada de viajar hasta Madrid y tras revisar cajones y armarios de su despacho, regresó con 102 partituras a Alicante. Ahí le esperaba el profesor Emiliano García Alcázar, uno de los más destacados críticos y estudiosos de Esplá, que tomó las riendas de este fondo para iniciar un arduo trabajo de identificación y ordenación de las obras. "Ha sido una labor fundamental para poder identificar las obras y así poder tener registradas todas las partituras; ahora, nos encontramos en el proceso de catalogación y después vendrá la digitalización para poner todo el fondo a servicio de los investigadores en la web", asegura Helbenso.

El resultado de esta primera fase de trabajo ha arrojado un total de 65 partituras autógrafas (de las 103 que compuso), 59 de ellas de puño y letra, y 6 transcripciones, más 37 partituras impresas. "Hay que tener en cuenta que de las 103 obras que firmó, muchas se perdieron en los cambios de domicilio y durante la Guerra Civil", destaca Emiliano García. "De hecho, la obra camerística no se ha encontrado, no consta dónde están esas partituras, solo La sonata para violín y piano, cuya edición revisada dedicada a Amparo Esplá in memoriam se estrenó en 2008".

La más antigua de las composiciones del maestro alicantino que se han recuperado es Antaño, orquestación del número V de Impresiones musicales para piano, que data de 1905, y la última, la partitura completa de El pirata cautivo, fechada en 1974 y estrenada en 1975, menos de un año antes de su muerte, de la que solo estaban localizadas dos hojas que se encontraban ya en los fondos de la CAM. También destacan, según el crítico e investigador musical, el Poema de niños, "una transcripción para piano de la obra orquestal compuesta en 1909 y con dedicatoria A mi hermanita Isolda"; La pájara pinta, con argumento de Rafael Alberti; unas correcciones a la partitura original de Sonate Espagnole, escrita en 1949 por encargo de la UNESCO en el centenario de Chopin, y "una singular composición" dedicada A mes enfants Amparo, Maravis et Gabriel.

De la obra para canto y piano, García Alcázar menciona la versión para mezzosoprano y piano de su obra orquestal Campo de cruces, escrita en los años 40 en Bélgica, en base a un texto de la hija de Gabriel Miró, mientras que de las piezas instrumentales "solamente se ha rescatado la denominada Tiempo di sonata para arpa cromática". Entre las obras orquestales, cabe destacar Don Quijote velando las armas, dedicada a Ortega y Gasset y fechada entre 1924 y 25, "que dio origen a una corriente sinfónica musical en España", apunta el investigador, y entre las piezas para coro y orquesta, Salmo 129 De Profundis, estrenada en 1966, "una compleja polifonía de novedosas estructuras modales, armónicas y contrapuntísticas". Además, el fondo incluye la restauración y transcripción que Esplá realizó a partir del consueta del Misteri d'Elx.

La investigación realizada en este legado ha llevado también a títulos desconocidos hasta ahora de armonizaciones de canciones populares realizadas por el músico, como Balada, Canción de cuna y Canto de cuna.

Además de las partituras, la familia ha cedido a la CAM una caja en la que se encuentran almacenados los registros de las obras, tanto en la SGAE como en otros organismos (Société des Auteurs, Compositeurs et Éditeurs de Musique de París o la Société Belge del Autors), ya que lo registraba todo, incluidas las correcciones. También se ha encontrado un talón de la SGAE a nombre de Esplá por derechos de autor "que nunca se cobró".

El gestor del Centro de Legados CAM, José Payá, afirma que la importancia de estas partituras autógrafas radica en que "aquí se ve el verdadero proceso creativo de Esplá, porque reescribe mucho, corrige, y aquí es donde el investigador puede conocer cómo trabajaba".

Un retrato de Baeza y la medalla francesa

El Fondo Documental Óscar Esplá se vio engrosado también el año pasado cuando el hijo del compositor, Gabriel, donó a la entidad un retrato del músico realizado por Manuel Baeza. Entonces también se donó la Medalla al Mérito al Trabajo que le concedió el gobierno francés al músico alicantino. Este fondo incorporó igualmente la partitura autógrafa de Canción de cuna, perteneciente al legado de Rodolfo Tomás Samper, así como la donación realizada por el propio Emiliano García Alcázar de una partitura en fotocopia de Antaño, así como de Homenaje a Beethoven y una edición de la Diputación de Orense de la canción gallega O mayo.

El citado fondo de la CAM ya contenía algunas partituras que fueron depositadas anteriormente en la entidad, en la mayoría de los casos por Amparo Esplá. Entre ellas, Aitana, con dedicatoria autógra del compositor a Josefina Salvador; la partitura en fotocopia de La pájara pinta con sello del Conservatorio Superior de Música de Valencia; la obra fotocopiada de Crepusculum y la edición del repertorio de Música para piano.