El mes que viene arrancará su gira por España. ¿Tiene ganas de reencontrarse con el público español después de tanto tiempo?

Estoy encantado, porque España ha sido y es muy importante para mí... Ha sido mi trampolín al resto de Europa y es sumamente agradable regresar. Será rico pasar el veranito con ustedes, porque además, la gente de España es maravillosa.

Pero quizá algo más sosa que en Latinoamérica...

Desde luego, no el público que me ha tocado a mí, que es muy intenso (risas). Además, yo no me voy del escenario hasta que todos están bailando, hasta que logro que el público esté en la misma frecuencia. Son dos horas de espectáculo en las que lo doy todo y en las que solo pido a los espectadores que se olviden de todos los problemas para que simplemente volemos juntos. En realidad, no importa de qué país sea el público, porque siempre es maravilloso... ¡Es mi vicio!

Música + Alma + Sexo es el título de su disco y de su gira. ¿Puede sobrevivir el alma, el ser humano, sin música y sin sexo o sin amor?

Claro que no... La música, por ejemplo, forma parte del ser humano desde que escuchamos en la barriga el ritmo del corazón de nuestra madre. Y yo puedo decir que mi vida la ha hecho la música, ha sido una compañera maravillosa y me ha permitido escribir los momentos más intensos para compartirlos.

Este disco puso fin a un parón de unos cinco años. ¿Había perdido la ilusión por subirse a un escenario? ¿Qué le hizo parar?

Quería ser padre a tiempo completo y es algo que, afortunadamente, pude hacer. Y de alguna manera me faltaba espacio para analizar todo lo que me había pasado y planificar cosas; porque fue un tiempo en el que estuve activo, pensando y analizando. También estaba entonces un poco cansado, porque empecé mi carrera a los 12 años y no había parado nunca. Necesitaba estar en calma.

¿Tuvo miedo en algún momento de que el público se olvidara de usted?, ¿De que no respondiera igual a su regreso?

Eso es un poco lo que me pasó en mi vida, que tuve miedo y empecé a tomar decisiones basadas en esos temores. Lo peor que se puede hacer es decidir algo por miedo o por satisfacer tu propio ego, porque entras en un círculo vicioso y obsesivo de incertidumbre y te vuelves un robot. Y precisamente un músico tiene que ser vulnerable... Es muy peligroso ir por la vida como un robot, y con esto no quiero decir que yo me convirtiera en uno. Afortunadamente no llegué a eso; tuve mucha suerte porque estoy rodeado de gente maravillosa que me dijo "descansa y respira". Aunque, por otra parte, lo bailado no me lo quita nadie, y estoy orgulloso de haber llevado mi idioma y mis canciones a todo el mundo.

MAS es uno de los temas que más se están escuchando en España. ¿Siempre hay que pedirle más a la vida?

Dentro del agradecimiento que te hace estar bien con tu alma... Es una canción de autoexigencia en la que digo que siempre hay que estar dispuesto a crecer, a seguir luchando por más.

Y usted, ¿qué le pide a la vida?

Bueno, tengo muchos planes, porque voy a volver a los escenarios, a Broadway, con el clásico Evita. También tengo planes de seguir escribiendo, de hacer más libros... y, por supuesto, le pido a la vida ver a mis hijos crecer y que me siga gustando lo que hago.

No te miento es otro de sus nuevos temas. ¿Mentimos mucho, a los demás y a nosotros mismos?

Puede ser, aunque yo diría mejor que manipulamos la información, que no decimos toda la verdad. En cualquier caso, yo estoy en un momento de mi vida en el que la transparencia es lo que dicta mi camino, porque me he dado cuenta de que si hay algo más horrible que manipular la información es manipular las emociones. Y ahí fuera hay mucha gente que no es aceptada, gente que tiene que seguir mintiendo; pero, bueno, poco a poco.

Usted se ha revelado como un gran twittero, y hace poco su compañero de profesión Alejando Sanz anunciaba que dejaba la red social después de soportar comentarios nada agradables. ¿Cómo se puede controlar? ¿Cuál es el secreto?

Y mira que yo le decía "Alejandro, no te enganches...". Las redes sociales ayudan muchísimo y está claro que no son el futuro, sino el presente. Al artista le permiten un contacto directo y, aunque no lo puedes controlar, sí puedes mantener una conversación directa para que no haya malos entendidos. Aunque yo no lo uso más allá de para dejar saber dónde estoy y, sobre todo, para conocer lo que la gente piensa -aunque es imposible leer todos los mensajes-. Te tienes que quedar con lo bueno, porque siempre habrá personas bien y malintencionadas y a los artistas es muy fácil que nos afecten las opiniones de los demás. Así que lo único que se puede hacer es ser consciente de ello y no dejar de trabajar.