¿Qué se hace en un ciclo de música electrónica?

Talleres donde interactuar sobre música electrónica, una de las grandes manifestaciones globales actuales. Hemos debatido sobre la evolución del género y sobre su influencia en la cultura popular a través de distintas ponencias. También hemos acogido las actuaciones de dos de los grandes referentes nacionales de la electrónica, como HD Substance y Cora Novoa.

¿Cómo definiría el momento actual de la radio?

Vivimos un momento de cambios drásticos muy interesante, en el que la radio está acelerando su historia. Todo lo que sea evolucionar me parece positivo, porque los periodos de permuta ofrecen grandes oportunidades. Estamos ante una nueva perspectiva de la comunicación, en la que se entabla más contacto que nunca con los oyentes a través de las redes sociales. Como somos parte de este proceso no sabemos valorarlo. Es una revolución tremenda, ya que la población mundial nunca había tenido tanto acceso a la información.

¿Cómo cree que las empresas radiofónicas deben afrontar este panorama?

La radio tendrá que ser mucho más especializada que ahora. Tenderá a convertirse en un formato en el que los oyentes serán los protagonistas de la construcción de los programas. Los cambios aventuran radios multicanal, con estilos muy concretos y que emitan únicamente por Internet.

Y el futuro de la industria musical, ¿qué pinta tiene?

La musical, como el resto de las industrias culturales, está en un momento de zozobra muy arriesgado para su supervivencia. Los cambios tecnológicos le han afectado negativamente. Hay pocos escrúpulos y poco respeto por los derechos de autor, así que no me queda otra que ser pesimista. Aunque la música nunca acabará.

¿La solución puede ser la autoedición?

No. La autoedición permite publicar más, pero hay poco talento que brille. Insisto en que el patrimonio de los artistas es su creatividad y si renuncian a sus derechos no sé de qué van a vivir.

Entonces, ¿cómo se arregla esto?

Con un mayor respeto por la obra de los creadores. Es necesario que surja una generación que recupere el lado fetichista y tangible de la música popular, como está ocurriendo en países como Japón o Suecia, donde sube la venta de discos y bajan las descargas digitales.

¿La tendencia en cuanto al consumo de música se dirige a la nube?

Spotify también está cambiado su modelo de negocio hacia el cobro casi absoluto. El problema es que los artistas no reciben una cantidad de dinero en proporción al beneficio que le generan a estas plataformas. Es impredecible saber cómo se va a consumir la música.

Sigamos con la bola de cristal, ¿qué estilos musicales van a marcar el ritmo a corto plazo?

Imagino que todo se mezclará, que será más heterodoxo, que dominaran menos las etiquetas y que las emociones primarán por encima de los conceptos, como ha venido sucediendo en la última década. Los artistas se están volviendo más desinhibidos. No tienen problemas a la hora de mezclar electrónica y pop, por ejemplo.

¿Qué música escucha usted?

Entre los grupos actuales me gusta mucho Zomby, son muy brillantes. Luego están Björk, Antony and the Johnsons, Massive Attack... Pero si pongo está música en mi programa pueden acusarme de antiguo.

Ahora que ha empezado la temporada de los festivales, ¿cuáles recomienda?

El Sónar siempre me ha parecido el referente. También tengo intención de ir a Benicàssim. Los festivales españoles gozan de muy buena salud y cada vez tienen más prestigio en el extranjero.

¿No se cansa de llevar quince años haciendo el mismo programa?

Lo hago con las mismas ganas de siempre y espero que se trasmita así entre los oyentes. Estar pendiente de lo último debe ser un buen catalizador de emociones.