El funeral por la muerte de un payaso como punto de partida para celebrar la vida. Así arranca Corteo, el espectáculo más grande que tiene el Circo del Sol en gira en estos momentos y que el 28 de julio llegará a Alicante para pasar un mes en la ciudad. A diferencia de Quidam, el show de la compañía canadiense que se alojó en el recinto ferial de Rabasa en 2008, Corteo se acerca más al teatro. Su predecesor era más extravagante. Este espectáculo, en cambio, exhibe menos maquillaje y parafernalia para ganar en proximidad e interpretación, con unos artistas que hablan y cantan, que desarrollan sus personajes sobre el escenario.

Corteo atrapa al espectador antes de que comience la función. Es él el que llega al público, y no al contrario. Cuando aún no ha aparecido nadie sobre el escenario sus artistas ya están dando saltos y volteretas por la grada, gastando bromas, interactuando con el público. Enseguida llega Mauro, el protagonista, junto al cortejo que da nombre a la función, recreando una especie de cabaret italiano. Acto seguido cuatro mujeres, antiguos amores del protagonista según la historia, realizan alucinantes acrobacias aéreas sobre unos candelabros. A este número le sigue otro sobre camas elásticas, también muy llamativo. Parece que ya nada va a ser capaz de sorprender al espectador, cuando en realidad se acaba de sumergir en un show de más de dos horas de duración que no va a dar tregua a sus sentidos.

Cualquier elemento escénico tiene un por qué en la función, nada aparece en el escenario porque sí. Cuando parece que la obra va a dar un respiro se produce una nueva vuelta de tuerca. Los artistas del Circo del Sol son capaces de saltar sobre cualquier objeto, de contorsionar su cuerpo hasta el extremo, de dar una pirueta más sobre el aire cuando parece imposible hacerlo.

Corteo tiene también la particularidad de ser el único espectáculo de la compañía canadiense en el que el escenario se encuentra en medio del público, como una pasarela que divide en dos a las gradas. El trabajo de backstage que realizan los técnicos, tanto por debajo del escenario como en lo alto de la carpa es muy meritorio, más aún teniendo en cuenta que el Gran Chapiteau, la carpa itinerante del Circo del Sol, alcanza un tamaño similar al de un bloque de viviendas de diez plantas de altura

Estos días la gira mundial de Corteo se encuentra en Madrid, ciudad de la que partirá hacia Valencia antes de llegar a Alicante. La semana pasada los artistas de la compañía recibieron la visita de su presidente, Daniel Lamarre. El director ejecutivo del Circo del Sol trabaja ahora para ultimar los nuevos números de su compañía, una de las empresas más importantes de la industria del espectáculo a nivel mundial: un homenaje a Michael Jackson en base a sus canciones e Iris, una función inspirada en el mundo del cine que empezará a exhibirse en breve en el Teatro Kodak de Los Ángeles, el mismo recinto que cada año alberga la ceremonia de los Oscar.

"Con España tenemos una relación de amor muy grande, nos encanta venir. La reacción del público siempre es muy entusiasta, y eso es algo que no se logra en todo el mundo. España es el lugar que más visitamos tras América del Norte y Japón. En cuanto a la Comunidad Valenciana, ya sabemos cómo funcionamos y en la época del año en la que más nos conviene visitarla, coincidiendo con la temporada alta de turismo", explica Lamerre. El presidente del Circo del Sol también es consciente de que la compañía de Quebec no escapa de la crisis: "La clave para mantenernos es que el espectáculo prime sobre el negocio. A lo que siempre le damos más importancia es a la parte artística. La crisis nos ha hecho daño, pero hemos sobrevivido. ¿Cómo? Con campañas de promoción más agresivas".

Lamarre cierra su discurso hablando de "la pequeña familia en la que termina convirtiéndose el reparto de cada función". La familia de Corteo exhibe su arte estos días en la Casa de Campo de Madrid. El 28 de julio traerá su magia a Alicante.