A punto de cumplir 81 años, Jorge Edwards se encuentra escribiendo sus memorias, ya ha terminado su primer tomo, Los círculos morados, y dice que tiene "para un rato" hasta acabar el relato de su vida. No en vano, ha compartido mucho con Neruda, ha sido amigo de Cortázar, de Vargas Llosa, de Carlos Fuentes... ; ha sido laureado con el Premio Cervantes o el Nacional de Literatura chileno y ha escrito obras como Adiós poeta, una biografía de Pablo Neruda, o Persona non grata, sobre su experiencia como embajador en Cuba.

Amigo de la conversación, ayer Edwards habló en Alicante de su vida como literato y lector, invitado a reflexionar en el Aula CAM sobre la frescura de Lewis Carroll, pero también recordó su encuentro con la literatura de Azorín -"mi primera lectura de literatura española, y hoy día lo releo"-, reconoció el aire y el mar "de por acá", tuvo palabras para los afectados por el terremoto en Lorca -"es un fenómeno angustioso"- y respondió como diplomático a las preguntas sobre la muerte de Osama Bin Laden a manos de EE UU.

A este respecto, el embajador chileno en París consideró que "la operación estuvo muy bien hecha. Ahora, ¿es más seguro el mundo después de la muerte de Bin Laden? Es una pregunta muy interesante y yo no sé, todavía no sé", aunque añadió que "la reacción de Obama ha sido mucho más precisa que la de Bush, que fue a lanzarse a combatir el terrorismo en el mundo". "No puedo hablar mucho más, ni sé qué hablar más porque no conozco la opinión de mi gobierno, aunque debe haber alguna por ahí", indicó tras aclarar que Latinoamérica tiene la ventaja de la lejanía, "estamos más lejos de los grandes peligros contemporáneos, como el terrorismo".

De su actividad como embajador, señaló que es "cansadora, tensa e intensa" pero también le permite "sentirse vivo". Sobre su carrera de escritor, apuntó que tiene "muchas desventajas, es una vida difícil, con un sentimiento de competencia y de prisas por publicar un libro que detesto", pero apuntó que "la ventaja es que uno no se jubila nunca de literato; mientras tienes temas y ánimo sigues escribiendo".

Esbozó que la primera parte de sus memorias abarca sus primeros años hasta los 20, "de descubrimiento de la literatura, el amor, los años de colegio, la familia"; el segundo tomo incluirá retratos de escritores y de su vida política y el tercero, su experiencia desde el golpe de Estado en Chile hasta hoy. El escritor, que escribe mejor de madrugada, aclaró que "todos los escritores dicen que son muy lentos para escribir, yo no, yo soy muy rápido porque me gusta el ritmo, pero después corrijo muy lento, llevo tres meses de corrección".

Jorge Edwards, quien disertó sobre la lectura de Alicia de Lewis Carroll como literatura para adultos, señaló haberla leído "de joven y de viejo" y aseguró que "la lectura de hoy es mucho más interesante, es fascinante para una persona mayor. Alicia a través del espejo es un verdadero poema y hay cosas fascinantes" y reveló que la niña Alicia existió, Carroll "se hizo amigo de ella y su madre le prohibió verla. Carroll se fascinaba con el mundo de la infancia y con las respuestas que daban los niños. Una conversación con Alicia le llevó a escribir A través del espejo".

La literatura de Carroll, añadió, es "muy curiosa: tiene su lado lógico, matemático, filosófico, un lado relacionado con el ajedrez y un lado fantástico".

Edwards encontró vínculos con la literatura hispanoamericana, "en su vertiente de narrativa de tipo fantástico, como Borges o Cortázar", y también con la poesía: "En la literatura infantil hay una relación cercana con la atmósfera de la poesía. Un poeta tiene algo de niño u el Neruda espontáneo tiene elementos de la mirada infantil". De Neruda, dijo, era muy divertido en privado y no era sectario, tenía un lado infantil, jugaba, pero también era duro y rencoroso cuando la gente le pisaba los callos, ahí tiraba toda su artillería".