Reese Witherspoon y Robert Pattinson aterrizaron ayer en España para presentar en Barcelona Agua Para Elefantes pero, mientras la rubia posó sonriente sobre la alfombra roja, el actor no esbozó ni la más mínima sonrisa. Su rostro reflejaba seriedad, agotamiento, ¿tal vez resaca? Los medios estadounidenses se hicieron eco ayer mismo del extraño comportamiento de Pattinson durante la presentación de su última película en la Ciudad Condal. El equipo de Agua para elefantes,un melodrama circense, decidió separarse para hacer las presentaciones por capitales europeas y, mientras Pattinson voló a Berlin, su compañera de reparto fue a París, donde aprovechó para tirar de tarjeta de crédito en las mejores boutiques francesas. Ha sido una ruta agotadora por Europa y, en su penúltima parada, Pattinson y Witherspoon se volvieron a unir sobre la alfombra roja. No se sabe si por el cansancio, el cambio de horario o la falta de sueño, pero Robert Pattinson no trajo su mejor rostro a Barcelona. Más pálido que de costumbre, con los ojos caídos y una mueca que pretendía ser una sonrisa pero se parecía más a una cara de asco sorprendió a muchos por su comportamiento especialmente distante. No es ningún secreto que ambos actores no se entendieron muy bien en el rodaje. Pattinson comentó que el personaje con el que fue más cómodo trabajar fue el propio elefante y Reese tampoco se cortó al decir que las escenas de cama con Robert dejaban mucho que desear y que le resultaba muy desagradable los resoplidos del actor. Este film, como dijo el actor, le servirá para dejar atrás su papel de vampiro, aunque eso es algo que no le obsesiona. De hecho, la elefanta protagonista fue una de las cosas que hicieron que Pattinson aceptara el papel, bromeó el actor, que, aunque reconoció que esta película le servirá para que la gente empiece a olvidarse de la saga Crepúsculo, no ha renegado de ella."Nunca he intentado luchar contra lo que he hecho antes, escojo los trabajos por instinto", dijo el actor que negó que el filme le sirva para abandonar la etiqueta de "chico guapo" que lleva colgada desde que encarna al vampiro Edward Cullen, porque, ese calificativo le acompañará, "no importa lo que haga". Respecto a las similitudes que su vida pueda tener con la de Agua para elefantes, el joven actor bromeó diciendo que, en un futuro, se ve casándose con una mujer rica, yendo a clases de tenis y tomando algo con sus amigos.