Su conferencia se titula la gestión de la ilusión en tiempos de cambio. ¿No debería ser en tiempos de crisis?

Tampoco estamos en una crisis tan grave. Crisis serias son la muerte de un familiar, una enfermedad grave. Vivimos en un tres por ciento del mundo privilegiado que está mejor que nunca. Ahora pasamos un pequeño bache, pero vamos a remontarlo y no pasa absolutamente nada. Tu abuela vivía infinitamente peor que tú.

¿Estamos poniendo obstáculos a la hora de remontar ese bache?

Yo creo que nos estamos haciendo muy cómodos: Pedimos 35 horas, una vida relajada, dejar de trabajar a cierta edad... Mi padre trabajaba sábados y domingos, empezaba a las siete de la mañana y se iba a dormir a las doce de la noche. Si podía comer un primero y un segundo era feliz. Es que hoy nos quejamos hasta de que sólo hay tres platos de primero y tres de segundo. Esto en vez de hacernos más felices nos hace más infelices. La felicidad es luchar por algo, levantarte con ilusión, con pasión. Si a los jóvenes no les damos algo por lo que luchar, se nos irán apagando.

¿Y cómo puede tener ilusión una familia que está en el paro y sin un euro?

¿Ves? ¿Cuántas familias están en el paro y cuántas no? Si quieres ver todas las desgracias, te llevamos al hospital y sales deprimido, pero hay mucha más gente que no está en el hospital. Tenemos que cambiar el lenguaje y dejar de quejarnos y empezar a hacer cosas. Por ejemplo, cuando yo estoy solo en casa y se me quema la tortilla no me quejo. Si está mi pareja digo, claro, como todo lo tengo que hacer yo... O ¿quién ha comprado esta porquería de sartenes? Quizá la culpa no la tiene la sartén, la tengo yo. Tenemos que empezar a poner algo de nosotros. Si queremos encontrar trabajo tendremos que leer, luchar, presentarnos. No se puede estar 40 años sin estudiar y pretender que te den un empleo fijo. Fíjate en el Tercer Mundo, se están dejando la vida. Vivimos en una época de opulencia total. Hace falta un cambio de chip.

¿Y en las empresas también?

Ya lo está habiendo. Las empresas son dinámicas porque compites en el mercado y poco a poco nos están quitando. Si te viene un polaco con dos carreras universitarias, tres idiomas y dispuesto a trabajar por un sueldo más bajo tienes dos alternativas: aprender a luchar o quejarte, que no sirve de nada. Los africanos dicen que cada día, cuando sale el sol hay un león que empieza a correr para coger una gacela porque, si no, se muere de hambre. Y cada día que sale el sol hay una gacela que corre para que no se la coma. Moraleja: Da igual que seas león que gacela, más vale que cuando salga el sol te pille corriendo. Éste es mi mensaje, más vale que corras.

¿Es diferente la actitud de los españoles que en otros países?

La actitud tiene que ver con las ganas de vivir. La gente está perdiendo la responsabilidad. Cuando una persona dice "yo no puedo encontrar trabajo", eso lleva al desaliento. En cambio, el decir "qué puedo hacer para encontrar trabajo" le lleva a la acción. Está claro que la gente positiva tiene más posibilidades de salir que la negativa. Pero no basta con ser positivo, hace falta esfuerzo. Si no sabes nada, te estrellas; cuando vas al médico no esperas que sea positivo sino que sepa.

Pero a Zapatero se le ha reprochado que fuera demasiado optimista.

Yo no entro en política. En España se critica a quien sea, hagas lo que hagas. Esta entrevista habrá quien te la criticará y quien te la aplaudirá. No tienes que tener en cuenta tanto las opiniones de los demás.

¿Se puede cambiar al pesimista por naturaleza?

Hay una parte genética, que no puedes cambiar, y la aprendida, que se hace de cero a tres años. Venimos marcados por el ambiente en que hemos crecido. Por eso los padres tenemos responsabilidad en lo que transmitimos a nuestros hijos.