Hay turistas que buscan el sol y la playa, y hay turistas que buscan conocer y acercarse a las reliquias religiosas que se encuentran repartidas por toda Europa, en un movimiento en el que se mueve a partes iguales la devoción de unos con la simple curiosidad de otros. El caso es que este es un fenómeno cultural y turístico que viene repitiéndose desde hace ya muchos años, tal y como confirma el responsable del archivo de la diócesis de Orihuela-Alicante, y por ese motivo se está trabajando ya en la redacción de una ruta informativa para dar a conocer las reliquias religiosas que se encuentran en nuestra provincia.

La historia de estos "tesoros de fe" se remonta fundamentalmente a la Edad Media, cuando el culto a la Eucaristía, a la Virgen María y a los santos se realiza por medio, sobre todo, de las reliquias. De hecho, era tal la veneración a las reliquias relacionadas con la Pasión del Señor o con los santos, que el flujo de peregrinaciones en una catedral, iglesia o monasterio dependía en gran medida del valor de estas reliquias.

Algunos de estos objetos religiosos están vinculados a algún hecho milagroso u extraordinario como una curación, y los hay que supuestamente conceden una ayuda divina en los momentos de necesidad. Sea como fuere, la provincia de Alicante conserva numerosos relicarios que, a su vez, nos da una idea de la importancia de nuestras iglesias en siglos pasados.

En la iglesia de Callosa de Segura se exhibe un resto del brazo de San Roque. El papa Benedicto XVI la envió el pasado año, después de ser solicitada por el obispo Rafael Palmero, con motivo del VI centenario de la aparición de San Roque en Callosa de Segura, patrón de la ciudad. La historia se produce cuando, según la tradición, a un pastor que era manco se le aparece San Roque y éste le cura. El pastor, conmocionado, acude a la autoridades a quienes le pide que construya una iglesia en honor al santo tras consumarse el milagro. Resulta entonces que, cuando las autoridades acompañan al pastor al lugar de los hechos, observan que en la puerta del establo se ha quedado grabada la imagen de San Roque con "vivos colores". Esta primera reliquia se mantiene con el transcurso de los años, hasta que con el estallido de la Guerra Civil se destruye. Se dice, siempre según el relato de la tradición, que intentaron quemar la puerta con productos químicos pero, al no arder, se optó por destrozarla a golpes. Algunos devotos se llevaron los restos, pero hasta el año pasado no existía ningún otro objeto unido a San Roque en Callosa de Segura. Fue así como, para reparar estos hechos, la Santa Sede concedió el pasado año un fragmento del brazo de San Roque.

Por su parte, la catedral de Orihuela es poseedora de cientos de reliquias, con fragmentos minúsculos de restos óseos o de indumentaria de numerosos santos del calendario romano: apóstoles, mártires, vírgenes... Estos restos sagrados venían siendo colocados en sus respectivos relicarios ofrecidos por la devoción de los fieles, siendo algunos realizados por artistas de la talla del platero genovés Hércules Gargano o Miguel de Vera, que dejaron su firma en algunos de ellos.

Sin duda, la catedral de Orihuela es uno de los centros sagrados con mayor patrimonio religioso de España, con reliquias de los santos más relevantes de la historia de la religión católica-apostólica-romana como son: San Pedro apóstol, San Vicente Ferrer, Santa Teresa de Jesús, Santa Inés, el Papa San Ceferino, el Papa y mártir San Marcelo o Santa Florida.

Hasta ahora, este relicario de la catedral de Orihuela permanecía cerrado al público, y solo era posible su acceso cuando era solicitado previamente. Sin embargo, según confirmaron fuentes de la diócesis Orihuela-Alicante, a raíz de la ruta turística que se está ultimando el relicario se abrirá a todas las personas que quieran conocerlo.

Ante todo el conjunto de objetos sagrados de la provincia, los más importantes son los ejemplares de "Lignum Crucis" (trozos de leño de la Cruz de Cristo) o las reliquias pertenecientes a Jesucristo y su Pasión. Sobre este último aspecto, cabe destacar la Santa Faz del Señor, ubicada en el Monasterio de Santa Faz en San Juan, que representa uno de los pliegos del sudario con el que la Verónica enjugó el rostro de Cristo en su camino hacia la Cruz.

También existen ejemplos de "Lignum Crucis" en la provincia, o lo que es lo mismo, astillas o pequeños restos de la Cruz donde murió el Señor. En Granja de Rocamora, según nos cuenta el padre Don Carmelo, paisano también de la localidad, la reliquia más antigua data del siglo XIII, que también era un "Lignum Crucis", aunque fue robada en la Guerra Civil. "Fue entonces cuando, a petición del pueblo, se pide a Roma una nueva reliquia y se nos concede. Actualmente está en la ermita. La gente le tiene mucha devoción y, cada tres de mayo, se realiza un ritual muy particular llamado la "Bendición de los Aires" para alejar todas las tempestades de los campos. Porque Granja de Rocamora es un pueblo agricultor", explica Don Carmelo.

En la Concatedral de San Nicolás de Alicante también se pueden encontrar otras reliquias religiosas como la de San Bonifacio. En este caso, recientemente el cabildo de la Concatedral de San Nicolás ha concedido el traslado de las reliquias de este santo a Petrer para la celebración de sus fiestas donde es el patrón.

Existen otras muchas reliquias religiosas en la provincia. Y de la gran mayoría, se desconoce todavía cómo llegaron hasta aquí (bien por regalos de los papas, bien por otras concesiones). Sin embargo, lo que sí está claro es que, varios siglos después, estos objetos sagrados siguen hoy entre nosotros, originando una inquietante dualidad: por la fe y devoción que significa para algunos cristianos y por la absoluta falsedad que representa para otros tantos.