"Queríamos hacer un espacio que tuviera una atmósfera de paz y tranquilidad, que fuera un cementerio en el que apeteciera estar sin tanta sensación de pena". Así explica la arquitecta municipal de Pedreguer, Beatriz García Morales, el proyecto de ampliación del cementerio de esta localidad, que se ha alzado con el máximo galardón del IV Premio de Arquitectura Juan Vidal, que otorga la Diputación de Alicante.

La construcción premiada, en uso desde hace unos meses, se caracteriza por la creación de un espacio singular poco visto en los cementerios españoles, ya que cuenta con un lugar de meditación o capilla aconfesional en la que poder realizar ceremonias no religiosas o simplemente "un lugar donde cualquiera pueda despedirse de su familiar", indica la arquitecta, que añade que su creación también cubre una demanda para las personas que no practican la religión católica, entre ellos muchos extranjeros que residen en esta zona de la provincia. "Es la pieza que le da sentido al cementerio", apunta García Morales, que añade que "en España no debe haber muchos así, no conocemos ninguno parecido".

Este espacio está construido a través de dos piezas en forma de U entrelazadas, una de chapa y acero fijada a la tierra y otra de vidrio más ligera, ambas rodeadas de una lámina de agua, entendidas como un lugar de transición entre lo terrenal y lo espiritual.

"Al principio muchos vecinos se sorprendían del lugar, preguntaban para qué era, pero ahora están todos muy contentos", indica García, que apunta que la capilla aún no se ha usado para celebrar ceremonias de despedida pero sí ha sido utilizada por el público que acude. El resto del cementerio, que contempla una nueva fachada de mármol travertino, "es un espacio muy sencillo y tranquilo, con bandas verdes y bancos para poder sentarse un rato", apunta.

La obra, de 444.000 euros, se ha financiado con fondos de la Diputación y del Plan E y ha sido elegida entre 171 proyectos presentados de las áreas de Cultura, Deportes e Infraestructuras de la Diputación que optaban a este premio que se concede con carácter trienal.

El jurado, compuesto por arquitectos relevantes de la provincia, ha valorado en esta infraestructura la creación de una "atmósfera adecuada con el uso medido de los recursos arquitectónicos" y la "sensibilidad en el manejo de los materiales".

En esta edición también se han entregado accésit a la construcción de vestuarios y gradas del campo de fútbol de Benferri, la adecuación del local para actividades culturales Espai Jove de Pedreguer y la rehabilitación de la casa natal de Alberto Sols de Sax.