"¿ A qué os dedicáis vosotros?" La pregunta hace sonreír de medio lado a la nueva directora del Centro de Estudios de la Mujer, dependiente de la Universidad de Alicante, al otro lado del teléfono. Su repuesta suena a algo así como "Pues, entre otras cosas, a conseguir que se utilice el femenino cuando entre la audiencia hay mayoría de mujeres, como sucede en este centro. La forma correcta hubiera sido preguntar por "vosotras"", corrige la responsable del Centro de Estudios de la Mujer, Nieves Montesinos. Para mucha gente, posiciones afines a la suya que defienden la igualdad, capaces de desafiar a la Real Academia de la Lengua forzando la presencia femenina en el lenguaje por encima de sus normas, no son más que una forma de feminismo radical. Para otro sector de la sociedad, este planteamiento es la voz pionera de un futuro uso del lenguaje en el que pesen por igual ambos sexos. Con motivo del Día contra la Violencia de Género (25 de noviembre), se han celebrado recientemente en Alicante varios eventos para convencer de que el lenguaje es también de las mujeres. Tres especialistas en igualdad reflexionan sobre este hecho.

"La desigualdad en nuestro idioma se refugia en tres vicios principales: la ocultación de la mujer, el desprecio a lo femenino y la ambigüedad". Lejos queda ya en el debate obvio sobre los tacos y su querencia por enaltecer lo masculino y despreciar lo femenino. la discusión está en las alocuciones públicas y en su vocación de universalidad.

Elena Simón, profesora de Secundaria y experta en género, contradice a quienes se escudan en el masculino neutro (es decir, hablar de "los españoles" para referirnos al conjunto de la población) para rechazar fórmulas "incluyentes" en el lenguaje. Según Simón, esas terminaciones son fruto "de épocas de desigualdad, cuando la sociedad estaba dividida por sexos y el masculino era el superior". La profesora, que cree que "estamos ahora en la prehistoria de la era de la igualdad", afirma que hombres y mujeres "hemos aprendido un lenguaje sexista", una manera de expresarnos que es "necesario cambiar por la simple razón de que, si estamos a favor de la igualdad y nos horroriza la violencia de género, tenemos que hacer que el lenguaje trate bien a las mujeres, porque lenguaje y pensamiento son inseparables".

Para la experta en igualdad, las profesiones son una de las grandes batallas del momento . "¿Por qué tenemos tanta resistencia a decir "médica" e "ingeniera"? Sí diríamos "peluquera" o "maestra", sin que suene extraño. Por tanto, no es por la gramática, es por prejuicios sociales", reflexiona Simón.

Esta forma de pensar es compartida por Nieves Montesinos, elegida recientemente responsable del CEM. "El femenino de médico es médica. La RAE dice que miembros, sin embargo, es un genérico y que vale para ambos sexos. Aplicar esos cambios no es tan complicado. Algo parecido ocurría con la expresión "posicionarse" en política, y ahora es de uso común" razona la directora.

Bien es cierto que las fórmulas adoptadas hoy día en la comunicación políticamente correcta no parecen satisfacer del todo a las expertas en igualdad. "Utilizar "usuarios y usuarias", el masculino y el femenino, es correcto, pero un poco redundante. Se puede ser incluyente y económico a la vez utilizando otor tipo de genéricos como "oyentes", o "representantes"", apunta Simón.

Concha Sirvent, directora territorial de Cultura en Alicante, se muestra partidaria de utilizar ambos géneros, e incluso de colocar primero a las mujeres "para hacerlas más visibles". Sirvent cree además que la negativa a extender la terminación femenina "-a" a profesiones como juez o fiscal "viene de tiempos en los que se consideraba que eso desacreditaba a la profesión", apunta. Resalta que ambos sustantivos tienen aceptación en el DRAE (Diccionario de la Real Academia).

Para la directora de Cultura, la administración es un ejemplo a la hora de implementar las normas y usos de un lenguaje incluyente. "Si se escribe un documento para un centro con mayoría de trabajadoras, se escribe en femenino; si se desconoce el sexo, se escribe trabajador/trabajadora y se da e mismo tratamiento si es hombre o mujer, como señor o señora", afirma Sirvent, quien recuerda además que "estos boletines de uso pueden ser consultados y son de uso recomendado para la ciudadanía" .