Inventan el espacio, recrean el que ya existe, transforman la realidad, la imitan y la perfeccionan. De ellos depende el reloj de un aparador, el bolígrafo con el que el protagonista escribe una carta de amor o el letrero de la tienda en la que se desarrolla la trama. Son los directores artísticos, un colectivo profesional que se reunió el pasado año en el Centro de Estudios de Ciudad de la Luz para participar en unas jornadas en las que explicar su trabajo. De ahí surgió la idea de recopilar una serie de textos que los propios directores artísticos han elaborado sobre su labor en el mundo del cine. Ese libro, coordinado por el profesor de la Universidad de Alicante y también del Centro de Estudios, John Sanderson, y el arquitecto Jorge Gorostiza, autor de varios estudios sobre cine y arquitectura, se presentó ayer en la Filmoteca Valenciana, organismo encargado de la edición en colaboración con Ciudad de la Luz.

"Constructores de ilusiones" es el título de este volumen en el que firman algunos de los directores artísticos más destacados del panorama actual. Incluidos tanto españoles que trabajan en la industria norteamericana como aquellos que han dejado su huella en producciones españolas. Goyas y Oscar se dan la mano en las biografías de estos profesionales que han plasmado sus opiniones en este volumen para reflejar su experiencia.

El libro se completa con un apartado dedicado a la relación de esta disciplina con la dirección de efectos especiales y con un estudio sobre la evolución histórica de la especialidad, tanto en el proceso de creación como en la trayectoria profesional de algunos de sus representantes.

Así, intervienen nombres como Pilar Revuelta, que consiguió un Oscar a la mejor dirección artística por El laberinto del Fauno; Félix Murcia, ganador de cinco Goya y Premio Nacional de Cinematografía; Josep Rosell, Goya a la mejor dirección artística por El orfanato; Montse Sanz, que realizó esta tarea en cintas como Lucía y el sexo, y Gumersindo Andrés, que participó en producciones como CromwellMarco Antonio y Cleopatra.

También se incluyen textos de profesionales de los efectos especiales, como Reyes Abades, con ocho Goyas en su trayectoria, en la que ha trabajado con directores como Ridley Scott, Milos Forman o Steven Soderbergh, y que trabajó en Ciudad de la Luz en El camino de los inglesesTeresa, el cuerpo de Cristo. Igualmente de Colin Arthur, responsable de efectos especiales de 2001, una odisea del espacio, Alien, Hable con ellaAbre los ojos. Arthur llevó incluso a las jornadas el cocodrilo que utilizó en una película de Steven Spielberg o el animatronic que se usó en la escena en la que el toro pilla a Rosario Flores en Hable con ella.

"Ha salido un libro en el que se demuestra que aunque la autoría de una película se atribuye al director, hay otros muchos profesionales detrás", asegura John Sanderson, que añade que esta publicación contribuye a engrosar "la escasa bibliografía que existe sobre dirección artística, aunque después de los cachés de los actores el tema artístico es el que mayor presupuesto se lleva de una producción".

Sanderson participa además en este volumen con un análisis del trabajo del director artístico Antxón Gómez en las películas de Pedro Almodóvar. Por su parte, Jorge Gorostiza firma un artículo sobre la evolución del papel de la dirección artística en el cine y sobre los profesionales españoles, muchos de ellos requeridos por la industria norteamericana.