Hijo de un dibujante que dejó huella, Maltaite lleva 20 años en España viviendo de lo mismo, con similar brillantez, y no contempla la posibilidad de volver a Bélgica, "aquí estamos muy tranquilos". No le gustan en absoluto los problemas que están ocasionando las aptitudes separatistas y radicales que hacen mella en su país. Se siente belga, pero se ha adaptado a estas tierras alicantinas, "a su clima y sobre todo a sus gentes: nos gustan mucho". Su familia es "una más en Aspe".

Está encantado con la provincia.

Me he adaptado bien. Aunque todavía me queda un poco de mi cultura belga.

¿Cómo ve el sector del cómic?

Las ventas han disminuido a la mitad. Así ha ocurrido con uno de mis títulos, "Las campistas", del que he llegado a vender 20.000 ejemplares.

La crisis no perdona

No, medio la salvamos, pero estamos implicados en esta crisis.

Es usted un creativo. ¿No son las crisis oportunidades de oro para los creativos?

Sí, la hemos convertido en una herramienta de trabajo que se une al humor. De esta forma somos el reflejo de la sociedad. Además, aceptamos los cambios en los sistemas de reproducción.

Y el cómic periodístico... ¿Dicen que hay un boom?

No es mi especialidad. Estoy abonado a un periódico y observo que el cómic periodístico exige un trabajo complejo, muy rápido para seguir la actualidad. En un dibujo se puede decir más que en una pagina. Lo he practicado en alguna ocasión dentro de una carrera de 30 años. Me gusta, pero no es mi especialidad, porque exige estar enchufado con la actualidad constantemente, con las noticias. Conozco a dibujantes de cómic periodístico, se despiertan muy temprano y tienen una vida muy complicada. Lo mío es distinto, yo busco divertir a la gente.

¿Qué hay de sus gustos de lectura?

Muy variados. Me gustan los libros que hablan del hombre, de la historia de la humanidad. García Márquez me encanta. También Ken Follett, el autor de Los pilares de la tierra.

¿Y respecto al cine?

El cine de autor. Me encanta Woody Allen. Pero también me gusta la comedia ligera y divertida. El problema en España es que es difícil encontrar un cine que proyecte películas en versión original con subtítulos. Es un problema...

Me consta que no está muy contento por las pocas tiendas dedicadas a los cómics en Alicante...

De hecho, hay una sola tienda en Alicante y algo en Fnac, pero es difícil encontrar cómics en los quioscos, ya no hay prácticamente. Sin embargo, en Bélgica, puedes encontrar quioscos con paredes repletas de ellos. No comprendo que el cómic guste tanto y no esté más comercializado. Hay un futuro para el cómic a través de las nuevas tecnologías. Teléfono, iphone, Internet... yo los utilizo para dar a conocer mis historias.

¿En qué está trabajando?

Estoy trabajando en un cómic de moteros y humor. Y en otro proyecto más... secreto.

¿Un secreto?

Sí. Bueno, era (risas). Se trata de un homenaje al arte de mi padre. Un reconocimiento de uno de sus personajes que fue en su día un tipo, un símbolo, un ángel malo.

Excitante... ¿Y en qué consiste esta íntima evocación?

La idea es contar la creación de uno de sus personajes, la manera en que fue construido, la leyenda que le dio vida y la historia que aconteció hasta el día en que aparece en los cómics de mi padre. Es un proyecto muy importante para mí.