¿Cómo empezó a hacer fotos?

En la primera comunión me regalaron una Berlisa color y empecé a hacer fotos de plantas, de perros, de todo lo que tenía delante...

Dice que el río Vinalopó está ignorado, ¿el olvido se extiende a otros parajes?

No, si es un parque natural hay una promoción, se da a conocer y son lugares muy evidentes porque como hemos construido tanto, el parque natural te lo tropiezas y sabes que es un parque porque está rodeado de hormigón. Pero no tenemos muchos y los que hay no se encuentran en buen estado, no tienen un área de protección y los edificios llegan hasta el borde del parque natural

Usted defiende que la fotografía puede ayudar a conservar la naturaleza, ¿cómo?

La fotografía también tiene su vertiente artística y tiene un gran potencial. Si conseguimos mostrar belleza, conmover con una imagen y sensibilizar al público tenemos mucho ganado en nuestro mensaje a la sociedad.

Pero que sirva para cambiar el mundo es ya mucho pedir.

Pues Ansel Adams empezó haciendo fotos del parque Yosemite y su obra fotográfica sobre un lugar al final es valorada para su protección. Que exista obra gráfica bella sobre un lugar hace que después se proteja.

¿Y qué le gustaría proteger?

Todos los paisajes bellos que quedan en la costa. Ahora se han comido media cala de Benitatxell; el Ministerio de Medio Ambiente está haciendo obras y se ve cómo era y cómo es y te pone los pelos de punta, la han destrozado. Todo el cabo de San Antonio está protegido por suerte, pero cuando llegas a Les Rotes de Dénia hay muchos chalets que están invadiendo el paraje natural. Hay calas que aún se aprecia que fueron bellas pero ya no hay manera de restituirles su valor. En la cala El Paraíso hay unas formaciones rocosas muy bonitas pero está el hotel y casas detrás y es imposible hacer una foto.

Hace poco realizaron una foto-quedada por el litoral de la provincia. ¿Es efectivo?

Sí, tenemos 120 entidades adheridas a SOS Paisajes de Mar, de toda la costa española. En Ibiza hemos presentado el análisis de la costa y han tomado medidas en dos calas.

¿Y aquí?

Todavía no hemos presentado los proyectos, estamos ahora en fase de análisis.

¿Las nuevas tecnologías mejoran la imagen fotográfica o la desvirtúan?

Depende, hay autores que la conservan y yo lidero una corriente internacional sobre el purismo en fotografía. Queremos que lo que se vea sea lo que hay.

¿Y qué le parece la polémica por el premio al fotógrafo que usó un lobo adiestrado como si fuera salvaje?

Sí, el Wildlife Photographer of the Year. Yo fui jurado en ese concurso y he sido el que he investigado esa imagen.

Vaya, ¿se olía que algo fallaba?

Sí, ese comportamiento no era normal en un lobo ni en un perro, no saltan así las vallas, eso se adiestra. Y al final hemos descubierto el pastel. Conoces los animales, sabes que el lobo es un animal muy prudente, que va muy pegado al suelo, que no pega esos saltos sin saber lo que hay al otro lado.

Pero sí que era un lobo...

Sí, pero era un modelo. Tu pagas 1.500 euros por dos sesiones con él, el mérito no existe y además vulnera las bases del concurso.

¿Qué hace falta para fotografiar a un animal: paciencia, riñones, vista de lince?

Horas de campo, de prismáticos, de seguir a los animales... Y vocación, casi nadie está una semana en un agujero de un metro cuadrado para esperar que venga un pajarito.

¿Qué imagen le ha costado más?

La del quebrantahuesos, un ave carroñera, que me tuvo varias semanas yendo a Pirineos sin éxito hasta que a la tercera vino.

Con la que le está cayendo a Camps, ¿cómo le retrataría?

Haría un retrato bastante cerrado en el que se le viera bien la expresión de la mirada. Mirando a los ojos es posible ver qué hay detrás.

¿Y qué hay detrás de Camps?

No sé, si fuera un quebrantahuesos... (risas). Pero no lo es, al menos, de momento.