Las calles de Nueva York se convirtieron en iconos frente a la mirada de la neoyorquina Helen Levitt, la "última moderna" de la fotografía, en palabras de Jorge Ribalta, a quien el Museo de Colecciones ICO (MUICO) dedica una gran exposición dentro del programa oficial de PhotoEspaña 2010.

Lirismo y frescura caracterizan el trabajo de Levitt, con el que la artista refleja, captura y transmite la realidad de niños jugando en las calles, escenas cotidianas, mujeres que se cruzan en su objetivo, viejos paseando, esperas, conversaciones y confidencias.

Sin mirar hacia las alturas ni a las grandiosidades de una ciudad como Nueva York, sus imágenes tratan de recoger todo el bullicio, la actividad o la tranquilidad de la vida en un lugar que ya era centro del mundo, pero a la vez poseen un gran sentido metafórico sobre las condiciones sociales de nuestro tiempo.

La magia es uno de los dones de esta fotógrafa, fallecida el pasado año, a los 96 años, que convirtió los hechos rutinarios de la vida en extraordinarios, llenos de gracia, drama, humor, patetismo y sorpresa, y los dotó además de todas las cualidades del arte, como si la calle fuera un escenario y la gente, actores.

La exposición, la primera antológica dedicada en España, desde su muerte, a la artista que configuró la estética de la fotografía de calle, con su capacidad de suspender el tiempo y el movimiento, revisa la obra realizada desde la década de los treinta hasta los noventa.

Partiendo de la relectura del libro de Levitt "A Way of Seeing", el comisario Jorge Ribalta ha seleccionado la película documental "In the Street", precursora del cine americano independiente, que realizó junto con el escritor James Age y la pintora Janice Loeb en 1945, y 120 imágenes.

En estas se refleja el lado íntimo de Nueva York, pero además del Manhattan en blanco y negro se han incluido en el recorrido dos trabajos menos conocidos: una serie documental realizada durante un viaje a México en 1941 y sus diapositivas en color de las últimas décadas.

Todas estas piezas constituyen "una obra canónica de la modernidad fotográfica", según el comisario, para quien lo más radical de Levitt ha sido producir una obra lírica a través de un lenguaje documental. Ella representa "la historia de la idea del documentalismo moderno. Es la última moderna".

En una época políticamente tensa, el documental se crea como género político vinculado con las luchas sociales y Helen Levitt "perteneció al núcleo duro de la fotografía documental, en una observación antropológica de las calles".

En opinión de Ribalta, en la obra de Levitt se produce una tensión entre lo documental y lo musical, lo lírico, y esta tensión se refleja en la exposición, en la que se muestra su fuerza de conocimiento y su fuerza estética, lírica y musical. "Hace de la coreografía de la ciudad, de la danza, el juego, una coreografía urbana, poética y documental".

Helen Levitt (EEUU 1913-2009) nació en Brooklyn, no acabó la escuela secundaria y desde muy joven trabajó de aprendiz de fotógrafo en el Bronx, practicando su técnica antes de lanzarse a crear sus propios encuadres.

Influida por Henri Cartier-Bresson, Walker Evans y Ben Shahn y por el círculo de la Photo League de Nueva Tork, su trabajo comenzó a mitad de los años treinta como un singular punto de encuentro entre la poética surrealista de la instantaneidad cotidiana en la gran ciudad, por un lado, y el documental social de la cultura popular norteamericana, por otro.

En esos años colaboró con Luis Buñuel, a quien ayudó en sus cortos de propaganda pronorteamericana en la II Guerra Mundial. Entre 1949 y 1959 se dedicó al cine y en los años 60 experimentó con el color, técnica que abandonó en los años 80.