¿Qué representa en la obra el pez gordo?

El pez gordo es como el Godot de Esperando a Godot. Es la ambición, ese gran contrato que nunca llega a aparecer. En la obra sirve para que los personajes se encuentren en una situación extrema. Necesitan firmar el contrato con el pez gordo porque su empresa está en una situación límite. Eso les permite poner sobre la mesa su visión sobre la ética, la religión, la familia... Uno de los tres personajes es un jovencito un poco "talibanizado" que lleva al extremo su ideología y su religión; el mío es un tipo que ya está derivando hacia un sentido práctico de la vida y el tercer personaje es alguien que está de vuelta de todo y que se mueve más en el terreno de los afectos, alguien que se centra en la vida en sí misma.

En la web de la obra dice que si vas con tu jefe a verla la entrada te sale gratis. ¿Es cierto?

Fue cierto en Madrid, para la campaña de presentación de la obra. La obra trata mucho de las relaciones entre la gente de empresa, de la ética del trabajo, de las actitudes que adoptamos para logar el contrato de nuestra vida... Nos pareció divertido presentarla así, y ni siquiera pedimos constancia de que el acompañante fuese realmente el jefe.

Parece una historia diseñada para tiempos de crisis.

Bueno, decimos que puede ser un mismo personaje en tres etapas distintas de su vida. Es una obra que nos habla de nuestra relación con el trabajo y la pone un poco en solfa. Todo está tratado en plan profundo, pero a la vez con gran sentido del humor, lo que es un síntoma de sabiduría del autor (Roger Rueff).

¿Qué ha sufrido más, la crisis de 2008 o la crisis de los 40?

La de 2008. Es una crisis muy delicada y muy complicada para los actores y los que producimos teatro. Hay muchos problemas para encontrar financiación, empresarios que apuesten por una obra teatral y ayudas de ayuntamientos y administraciones, debido a todos los recortes que se están haciendo. Si antes hacíamos equis bolos al año, ahora hacemos la mitad. Además, la gente en lo primero que recorta es en ocio, así que todo esto se traduce en que, hoy en día, hacer una producción teatral es dramático.

¿Cuál es la mayor tontería política que ha visto en los ultimo tres años?

El manejo de la crisis que se ha hecho desde el Gobierno ha sido deplorable. Nos engañó en época electoral negándola y lo sigue haciendo con las recetas cortoplacistas que han aprobado. Y en la oposición siguen pensando únicamente en las elecciones. Yo milito en UPyD y en un partido de mi pueblo, Vecinos por Torrelodones. Me gusta la política y creo que la gente y los actores debemos pringarnos en ella para formar parte de las decisiones.

¿Qué opina de los "actores de la ceja"?

Un actor se puede involucrar como cualquier otra persona. Lo que no debe hacer es perder el sentido crítico, por muy cercana que esté esa formación política.

¿Le siguen llamando David por la calle?

Sí, aunque no tanto David como el de "7 vidas". Es un trabajo que disfruté un montón, fue un privilegio trabajar en una serie tan buena. Y está bien que no estuviera tanto tiempo en ella. Recuerdo que a Antonio Ferrandis se le llevaban los demonios cuando le gente le decía Chanquete.

Tiene tres hijos con tres mujeres distintas ¿Lo tiene más difícil que otros padres?

Digamos que en este país, con una ley que favorece a las mujeres y que discrimina a los hombres, pues sí, es complicado.

¿Qué planes tiene más allá de El pez gordo ?

Estoy cada vez más metido en el tema de la enseñanza. Doy clases en la Fundación Tomillo y en Di-Towanda, una empresa que da cursos de formación a través de técnicas teatrales y coaching aplicados al mundo empresarial. Ayudamos a comunicar, vaya. Además, estoy muy ilusionado con mi nueva etapa como profesor del Centro de Estudios de Ciudad de la Luz, donde voy a dar clase a partir de septiembre.