La indudable aportación del escritor José Martínez Ruiz, Azorín, al periodismo moderno es el lema del que parte el II Congreso Internacional que arranca mañana en su pueblo natal en Monóvar. Durante una semana, expertos e interesados en el perfil periodístico de Azorín analizarán, discutirán y abordarán su obra periodística y estilo en un programa impulsado principalmente por la CAM, el Ayuntamiento de Monóvar y el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.

¿Cuál fue la mayor aportación de Azorín al periodismo moderno?

La mayor aportación de Azorín al periodismo fue su constancia. Porque cuando muchos escritores entran al periodismo lo hacen en un primer y único momento, o bien por batallas ideológicas, pero siempre de una manera casual o discontinua. En el caso de Azorín, fue siempre constante, y todo lo que publicó lo hizo antes en los periódicos. Por lo tanto, la obra de Azorín no sería comprensible sin los periódicos.

¿También por el inconfundible estilo azoriniano?

Sí, porque su forma de escribir es clara, concisa, breve y eso se adecua mucho a la lectura de un periódico. Además, en todos los libros de Azorín se puede ver capítulos breves, que también traslada al periodismo. Al mismo tiempo, impone en los periódicos unos temas que no eran en absoluto periodísticos, como hablar de clásicos o impresiones poéticas... Hay una simbiosis muy milagrosa, porque son cosas que no tendrían que ir juntas, pero Azorín lo consigue.

Entonces qué es Azorín... ¿Escritor o periodista?

Azorín se considera un escritor, aunque esta es una palabra muy global que encierra al periodista, escritor, crítico literario, poeta y dramaturgo. Aunque yo creo que él no distingue entre nada: un escritor total. Pero el mérito de Azorín es que se transformó en los periódicos donde trabajó, poniéndose en la piel de un periodista que va buscando la actualidad y, al mismo tiempo, te da una semblanza de Gracián, Valera o Galdós. Consigue que la inactualidad absoluta tenga cabida en el periódico.

La censura paró muchos artículos de Azorín en la prensa...

La censura la sufrió todo el mundo, y no podemos decir que Azorín la sufriera especialmente. Yo diría que Azorín fue desde su más tierna edad un autor gubernamental, porque siempre estaba con el gobierno, con el poder. Yo nunca diría que la vida de Azorín periodista y como persona estuvo en peligro por su actividad profesional. El régimen de Franco tampoco le veía con muy buenos ojos, y de hecho nada más terminar la guerra publica "El novelista".Es un hombre oportunista. En el año 1942 dedica a alguien como Dionisio Ridruejo su libro. Porque Ridruejo emergió con la España de Franco. Siempre lo hizo por la persona que le podía favorecer. Entonces usted cree que Azorín se vendió al régimen fascista para regresar del exilio...

Azorín, por ese espíritu gubernamental, se puso de parte de los sublevados. Intentó durante meses estar entre los dos bandos, pero él formaba parte de la tercera España, era un hombre de centro. Pero en ese momento no podías estar en el centro... Y en el momento que pudo se vino de Francia y se fue a Madrid. Acató lo que había, porque él solo podía vivir de los periódicos.