España podría ser el segundo país del mundo, tras Corea del Sur, en ser vetado por las grandes compañías distribuidoras de DVD de Hollywood, ya que, según el diario L.A. Times, las ventas han caído un 75 por ciento en cinco años a causa de la piratería.

"La gente está descargando películas en tal cantidad que España está a punto de dejar de ser un mercado viable para nosotros", explica el director de Sony Pictures Entertainment, Michael Lynton, al periódico estadounidense.

En un artículo titulado En España la piratería es parte de la cultura, la publicación asegura que en este país la descarga ilegal de películas pasó de 132 a 350 millones entre 2006 y 2008, mientras, entre 2003 y 2008, las ventas de DVD pasaron de 12.000 a 3.000.

En otros mercados europeos, el beneficio obtenido por la venta y alquiler de DVD supone alrededor de la mitad del total, una proporción "entre tres y diez veces más grande" que en España, prosigue.

Apple Inc's iTunes, por ejemplo, no distribuye material audiovisual para España cuando sí lo hace para otros países como Reino Unido.

Asimismo, en el periódico L.A. Times señalan la peculiaridad legal de España, donde la piratería no es ilegal si no es con fines lucrativos, y recogen declaraciones de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, quien reparte las culpas entre las compañías de telecomunicaciones y el usuario.

González-Sinde, preocupada

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, se ha mostrado preocupada ante la posibilidad de que Hollywood se plantee dejar de vender DVD en España por la piratería digital, y ha reconocido que "las fuentes tradicionales de financiación del cine se han tambaleado".

Preguntada sobre si había leído el artículo de L. A. Times en el que se asevera que el intercambio de películas y programas de televisión a través de Internet en España y en otros países podría ser uno de los principales causantes de la crisis económica de los estudios de Hollywood, la ministra ha señalado que sí lo conocía y que su ministerio, según ha recalcado, "no es ajeno al perjuicio que eso ha causado a tantos negocios", desde tiendas de alquiler de vídeos a otras de venta de discos.

También ha dicho estar "preocupada" por la pérdida de empleos que comporta este hecho e incluso por el "acceso a la cultura de la gente que no vive en grandes ciudades como Madrid y Barcelona".