A falta aún de que llegue un elefante y un oso, cerca de veinte animales se trasladaron el domingo por la noche a Alicante para participar ayer en la película "Balada triste de trompeta", una comedia ambientada en un circo de la España de los años 70 que el cineasta Álex de la Iglesia rueda en Alicante y cuyo escenario se trasladará el jueves a Alcoy.

La escena de ayer, según señalaron desde el equipo del cineasta, debía contar el traslado de los animales a otro lugar tras la quema ficticia del circo. La presencia de animales, procedentes del centro Fauna y Acción -que se encarga de suministrar animales para rodaje de películas o grabaciones en televisión- y del Circo Jamaica, que se encontraba en la Vega Baja, fue supervisada por la Fundación Internacional para la Protección de los Animales, que preside Raúl Mérida.

Dicha fundación, creada en 2002, vigila "que las condiciones de los animales en los rodajes sean buenas, que los papeles estén en regla, que tengan comida y bebida o espacio para descansar", señala Mérida, gracias a un acuerdo de colaboración con Ciudad de la Luz, que ya se ha materializado en otras producciones como "Astérix y Obélix en los Juegos Olímpicos" o "Su majestad Minor".

A su vez, el equipo de producción empezó ayer a preparar en Alcoy los escenarios para que todo esté listo el jueves. El elemento más destacado es un circo que está siendo montado en el barrio del Partidor, en colaboración con el circo Wonderland, entre un grupo de casas en estado de ruina que representarán el Madrid de los últimos años de la dictadura franquista. Álex de la Iglesia eligió este barrio para el rodaje, habida cuenta que el estado de ruina que presentan varias de sus casas suponen un escenario perfecto para una película que narra las peripecias de un circo en la posguerra. Esta circunstancia llevó al Ayuntamiento de Alcoy a paralizar el derribo programado de algunas de estos inmuebles hasta terminar con el rodaje, lo que suscitó las críticas de los vecinos de la zona.

Ayer, con todo, miembros del equipo técnico del cineasta matizaron que más que representar una ciudad bombardeada, "lo que queremos es simbolizar el final del régimen franquista, que se está cayendo, y por ello estas casas resultan idóneas".