El Instituto Montserrat Roig de Elche ha comenzado a dar los pasos necesarios para crear el que podría ser el primer Museo de Historia de la Farmacia en la ciudad e, incluso, en la provincia. La iniciativa ha partido del departamento de la familia profesional de Sanidad, en concreto del profesor Manuel Morales, quien asegura que la idea no es hacer una mera colección de instituto, "sino un museo serio, de calidad, con un contenido valioso, llamativo y que sea un referente".

La creación del museo nace "con el objetivo de preservar todos aquellos artículos que durante años han formado parte de una labor tan cercana a todos nosotros como es la farmacia, ya que, prácticamente, todos asociamos determinados momentos de nuestra vida, especialmente de la infancia, a ciertos fármacos, olores o elementos estéticos de la farmacia a la que solíamos acudir", señalan desde el instituto.

Aunque la propuesta acaba de arrancar, el centro ya empieza a contar con diversos elementos que podrían integrar el museo, gracias a algunas donaciones y pequeñas adquisiciones que ya se están realizando.

Antiguos medicamentos, envases de fármacos, instrumentos para la fabricación artesanal de fórmulas magistrales, artículos gráficos publicitarios y otro material de promoción, dirigidos, tanto al farmacéutico y al médico, como al paciente, así como cualquier otra pieza que pueda estar relacionada con el quehacer farmacéutico diario se integrarán en esta muestra permanente.

"Por una parte no queremos que se pierda esa historia y evolución de la farmacia", apunta Morales, quien, por otro lado, resalta que la intención también es que sea visitable, abierta y, en definitiva, se convierta en un reclamo añadido de atracción en la provincia.

Este centro cuenta con cerca de 60 alumnos matriculados en el ciclo formativo de grado de Medio de Técnico en Farmacia y Parafarmacia, de ahí el origen de esta idea. De momento, el futuro museo no tiene fecha de apertura, y su ubicación definitiva será en un nuevo edificio del IES que aún está pendiente de construir por parte de la Generalitat desde hace años.

En cualquier caso, sus responsables aseguran que es un proyecto muy ambicioso, "ya que son innumerables los enfoques que se le podrían dar a la colección". Así, por ejemplo, se apostaría por ver la evolución histórica de los tratamientos farmacológicos, con estudio de las tendencias de prescripción durante periodos muy concretos y de marcado interés socio-sanitario como fueron épocas de carencias importantes en nuestro país: postguerra, aparición de la tuberculosis, etcétera.

También se mostraría la historia comparada de los tratamientos farmacológicos, en función de la aparición de nuevas sustancias; y tampoco faltarían los análisis estilísticos de la iconografía farmacéutica, fiel y claro reflejo de los gustos estéticos de cada época.

"Esperamos que una gran parte de los objetos de nuestro futuro museo provenga de donaciones altruistas, tanto de profesionales, como de personas a las que les vamos a ir haciendo llegar el mensaje, por si pueden aportar algún artículo que pueda ser interesante incluir en el mismo. El resto de materiales tendrán que ser localizados y adquiridos en anticuarios, páginas específicas de coleccionismo en Internet, etcétera", concretan desde el instituto ilicitano del que ha partido la iniciativa.