Presos de la devastación laboral que agudiza día tras día la crisis económica de ámbito internacional, la llamada generación "ni-ni", aquellos jóvenes que con el paso irremediable del tiempo ni estudian ni trabajan, no deja de crecer. Se trata de un nuevo fenómeno social que, a la vista de los datos (según la EPA hay 50.289 personas inactivas entre 16 y 34 años), comienza a ser preocupante al aglutinar una tasa de paro que supera el 40%. La grave recesión -que según los expertos va para largo- dispara este índice entre una población que bien podría llamarse como "generación perdida" dada su falta de expectativas, incertidumbre, desánimo y falta de ilusiones a la hora de plantearse un proyecto de vida donde el trabajar sea algo prioritario. Que más de 50.000 jóvenes valencianos, 6.000 más que durante la media del año 2008, ni estudien ni trabajen -la mayoría vive con sus padres o algún familiar- constata sin duda un fracaso sin precedentes en una sociedad avanzada como es la de España.

Para el profesor titular de Psicología Social de la Universitat de València Ismael Quintanilla, la llamada generación "ni-ni" se relaciona con el cambio de valores que estamos experimentando en un sociedad cada vez más "mostrativa y potsmoderna".

Según Lucía Sanchis, responsable de Juventud de UGT-PV, la crisis económica ha acentuado el problema que la mayoría de jóvenes soportan en sus espaldas desde hace ya muchos años, y que la UGT-PV ha denunciado en múltiples ocasiones, un mercado laboral basado en un deterioro de las condiciones laborales: "precariedad, mileurismo, temporalidad, inestabilidad, escasa relación entre estudios y trabajo, dificultad de acceso a una vivienda y a un proyecto vital propio", explica la dirigente sindical.