"Hasta que el verano nos separe" deberían decir muchos al subirse al altar. ¿Dónde quedó el "hasta que la muerte nos separe"? Hoy en día, ni las infidelidades ni los suegros ganan al verano. El verano se ha afianzado como la excusa estrella de la mayoría de las rupturas de los españoles. Concretamente, para una de cada tres parejas la prueba de la hamaca se ha convertido en la de fuego de la convivencia.

Y es que, dicen que el roce hace el cariño. Pero no sólo eso, también genera problemas y discusiones. Más aún cuando las altas temperaturas cuecen las relaciones hasta hacerlas estallar. ¿Será el calor?, ¿el liberarse de las tensiones del trabajo?, ¿quizá vestirse con menos ropa? En cualquier caso, las estadísticas del Instituto de Política Familiar muestran que el verano es el causante de una de cada tres rupturas en España.

Aunque las separaciones se dan a lo largo de todo el año, son las vacaciones estivales y el inicio de año, -en concreto, los meses de septiembre y octubre-, las fechas en las que se da un mayor porcentaje de rupturas. Sólo entre enero y abril de este año se han inscrito 135 divorcios diarios, lo que supone 350 rupturas cada día. En definitiva, una ruptura cada 4,1 minutos. El pasado año se alcanzaron las 131.228 rupturas, y si la tendencia se mantiene, la previsión es que este año las cifras se dupliquen con respecto a 2008. Sólo en la Comunidad se han registrado 3.676 separaciones en el primer trimestre de este año, situándose como la tercera autonomía en número de separaciones, anulaciones y divorcios.

Pese a que no existe un perfil diferenciado, las parejas de entre 25 y 35 años y con al menos un niño son las más habituales en los despachos de abogados a la hora de mediar una ruptura familiar.