Toma en el Matadero, desde el próximo viernes, el relevo a Tomaz Pandur y el "Hamlet" protagonizado por Blanca Portillo. "Casi nada".

Es fantástico que sean ellos los que nos den el paso", dice en una entrevista con EFE la directora de la obra, producida por D'Odorico, con dramaturgia de Juan Carlos Plaza-Asperilla.

Protagonizada por Fidel Almansa, Jorge Calvo, Lola Casamayor, Lara Grube, José Luis Patiño, Juan Ribó y Antonio Zabálburu, "Tantas voces" son los cuentos "La casa de Granella", "El hombre de la flor en la boca", "Limones de Sicilia", "El certificado" y "Alguien ha muerto en el hotel".

Pirandello (1867-1936) ideó todos ellos como parte de su proyecto de "Cuentos por un año", una obra de 365 narraciones que su fallecimiento restringió a 241.

D'Odorico, Plaza-Asperilla y Menéndez han elegido los que componen "Tantas voces" por los asuntos que tocan, porque permite equilibrar el protagonismo de los siete actores -que interpretan 40 personajes- y porque son "los más teatrales".

"Es una obra muy distinta de Pirandello, al que se conoce, fundamentalmente, por 'Seis personajes en busca de autor' (1921).

Son historias cercanas, que hablan de asuntos como el paro, el rechazo, el engaño o el abuso, sin caer en la pedantería y con un tono muy poético", explica Menéndez, a quien D'Odorico y Miguel Narros dieron su primera oportunidad en 1993 con "Doble inconstancia".

Todos los relatos, encadenados por el humor trágico que caracteriza a Pirandello, están impregnados de la energía y la fuerza de las vanguardias que los actores asumen con un trabajo fascinante.

"Son dúctiles, tienen humor y hacen un proceso de búsqueda que demuestra que tienen miedo a probar, a arriesgarse", piropea.

"Tantas voces" tiene, según Menéndez, "una energía especial, una exploración en lo onírico, en el surrealismo, lo simbólico. Están muy presentes las vanguardias históricas que Pirandello vivió".

Quizá por ello, la escenografía, en azul con "luz de mar y sol", que representa la isla donde nació el dramaturgo, es el ámbito perfecto para situar a unos personajes vestidos de época porque "es bonito que el público tenga referencia del momento histórico del que se habla".

Pirandello, recuerda Menéndez, "no es realista, crea su propio realismo", con un humor a veces desconcertante para que el espectador "caiga" en las incoherencias y el absurdo de la existencia.

"Es increíble -subraya- la cabeza tan privilegiada que tenía hablando hace un siglo del deseo o el miedo a vivir".

"Tantas voces" lanza una mirada al hombre, "a veces con mucha rabia, muy metido hacia dentro", subraya Menéndez, que reconoce que quizá su predecesora en el Matadero, "Hamlet" -que ha tenido una ocupación media del 98% en el mes que ha estado en cartel-, sea "más fácil".

Ellos "juegan" a un teatro de actores, "sin tanto nombre, es todo muy teatral, y abundamos en eso tan fantástico que está pasando ahora: lo atractivo que le resultan al público los espectáculos en directo".

"El teatro es una delicia, y la gente se ha dado cuenta. Es tan distinto ir un día u otro a una representación, tener cerca a los actores, que te estén diciendo a ti las cosas...", añade la directora que, confiesa, está "deseando" ver la reacción del público ante un montaje que ya ha "paseado" por lugares como Valencia con críticas "excelentes".