La ocasión será propicia -con una afluencia que se espera de más de 50.000 visitantes y una participación de unos 2.000 creadores- para probar la disposición del mercado de arte, que parece indiferente al pesimismo que reina en la economía y las finanzas.

Trescientas galerías seleccionadas -unas mil presentaron su candidatura- participan en esta feria, que por su tradición, éxito y dimensiones se ha convertido paulatinamente en el museo efímero de arte contemporáneo más grande y relevante del mundo.

En apenas cinco días por sus pasillos desfilarán marchantes, artistas, curadores, coleccionistas, así como responsables de instituciones de arte y de fondos de inversión, que acuden cada año a este encuentro, hasta la fecha, único.

Además de las galerías tradicionales, en el vestíbulo principal de la Sala de Congresos y Exposiciones de Basilea se expondrán las obras de gran tamaño, que componen en sí mismas una muestra aparte titulada "Art Unlimited", mientras que en otros lugares de la ciudad tendrán lugar otras dos ferias paralelamente: la Liste y la Scope.

Así, todas las expresiones artísticas actuales se dan cita esta semana en Basilea, desde las formas clásicas como la pintura y la escultura pasando por instalaciones fotográficas y de vídeo hasta el arte electrónico por Internet.

Ésta será la 39 edición de Art Basel, que tras haberse encumbrado en el competitivo mundo de las ferias del arte ahora se enfrenta al reto de mantener su liderazgo ante el desafío de la creación de múltiples ferias y bienales en todo el mundo.

Como en las regiones emergentes, sobre todo de Asia, donde el potencial de ventas es enorme gracias al surgimiento de un nutrido grupo de millonarios que se muestran ansiosos por adquirir obras de arte.

Los récords de los precios de ventas, que baten cada temporada las casas de subastas más prestigiosas, son una clara demostración de la efervescencia del mercado del arte.

Sin embargo, por ahora los organizadores han descartado la asistencia de esas casas de subastas -como ya han empezado a hacer otras ferias análogas- debido a su voluntad de mantenerse al servicio de las galerías.

Art Basel prefiere quedarse, por el momento, en su nicho original, a pesar de que la tentación de ampliar sus actividades es grande ante el imparable crecimiento del volumen de transacciones que implican las obras de arte contemporáneo.

La prudencia se ha convertido así en la idea clave sobre la cual los organizadores de la feria suiza de arte prefieren seguir trabajando, por lo que no existe por ahora la idea de abrir más sucursales, aparte de la ya existente en Estados Unidos, la Art Miami.

El arte contemporáneo ofrece lo mejor de sí en Art Basel, que también es una oportunidad inigualable para que los amantes y conocedores del arte a quienes el bolsillo les queda pequeño para hacerse con la más mínima pieza en esta feria puedan seguir las tendencias actuales y admirar obras extraordinarias e inéditas.

Para completar la oferta y al margen de las exposiciones, Art Basel ha programado encuentros entre artistas y el público.