El imputado acumula en un año un total de 45 infracciones por conducción temeraria en viales de Galicia y Castilla León, y, en ocasiones, superó los límites de velocidad en más del 90%. Las infracciones fueron recogidas por los radares fijos de la Dirección General de Tráfico (DGT);.

Agotados los procesos ordinarios para poder notificar las resoluciones al conductor y propietario del vehículo, la Jefatura de Tráfico trasladó el expediente al Subsector de Tráfico de la Guardia Civil. Así, la investigación realizada permitió localizar al automovilista y proceder a su imputación, al considerarle autor de un delito continuado contra la seguridad del tráfico.

Todos los hechos denunciados se refieren al periodo comprendido entre mayo de 2006 y febrero de 2007. Al respecto, la Guardia Civil señaló que no descarta que el expediente se amplíe a raíz de las posibles infracciones que se hayan podido registrar hasta la fecha.

Todas las infracciones fueron protagonizadas por el mismo vehículo, matriculado un mes antes del primer incumplimiento del límite de velocidad. El coche, que tiene una velocidad máxima permitida por el fabricante de 215 kilómetros por hora, superó incluso esta cifra en la autovía A-52, en un lugar limitado a 120, registrando el radar un exceso de velocidad del 87,5%.

INCUMPLIMIENTOS REITERADOS.

Los incumplimientos reiterados de las normas legales de tráfico se sucedieron en distintos tramos de los viales AP-9, A-52, A-55, AP-9V y A6, en las provincias de Lugo, Ourense y Pontevedra. Asimismo, se constataron infracciones similares en otros tramos de las mismas vías a su paso por localidades de la Comunidad Autónoma de Castilla y León y en la A-49, en Andalucía.

Tráfico indicó que "la preexistencia del riesgo" se constató, "no sólo por la trasgresión de las normas si no por los datos relativos a la intensidad del tráfico viario en las carreteras y fechas en las que el vehículo investigado fue detectado por las radares de la DGT".

De este modo, cuando el conductor circulaba a 225 kilómetros por hora a la altura del punto kilométrico 222 de la A-52, en Ourense, se registró una intensidad de 493 vehículos con una velocidad media de 109,51 kilómetros por hora.

El radar recogió otra infracción más en ese mismo punto meses antes, al llegar a los 230 kilómetros por hora, con una intensidad de 505 vehículos. El mismo riesgo se evidenció en otro tipo de viales como la AP-9, donde el radar fijo recogió la imagen del mismo automóvil circulando a 188 kilómetros por hora a la altura de Caldas de Reis (Pontevedra);, en un una franja horaria con una intensidad de circulación de 776 vehículos.

Estas conducciones fueron realizadas, según constató Tráfico, en reiteradas ocasiones, durante largos recorridos, a una velocidad "muy superior" a la permitida, en carreteras provinciales que comunican Galicia con la Meseta, como la A-52 o la A-6, y de "gran afluencia", tanto de vehículos de mercancías como de personas.

MULTA.

El imputado deberá abonar un total 8.360 euros como sanción por las 28 infracciones que recogieron los radares fijos de la DGT, y afrontar la pérdida de 113 puntos de carné.

Esta situación conlleva directamente la retirada del permiso durante seis meses antes de que pueda volver a presentarse a examen. Además, este conductor se enfrenta a penas de prisión que van de los seis meses a los dos años, así como a la posible privacidad del derecho a conducir vehículos de motor durante un periodo de entre uno y seis años.