Se desconoce el número exacto de esos desaparecidos, ya que las autoridades sirias niegan su existencia, pero organizaciones humanitarias estiman que podrían superar los 800.

Entre los factores que han contribuido a dificultar la aclaración del asunto figura la férrea alineación de los dirigentes políticos libaneses con el régimen sirio durante las tres décadas de control de Damasco sobre Beirut, que concluyeron en abril de 2005.

Antes las trabas institucionales que afrontaron los familiares de los desaparecidos en Siria, éstos levantaron una tienda de campaña en la Plaza Jalil Gebrán, frente a las oficinas de la ONU en Beirut, donde desde hace dos años se turnan durante el día para llamar la atención sobre el problema.

La carpa ha sido adornada con fotografías de los desaparecidos que, con el transcurrir del tiempo, se han puesto amarillentas, pero no se han borrado del todo sus imágenes.

"Continuaremos elevando la voz hasta que se oiga nuestro clamor", afirmó en una rueda de prensa Sonia Eid, presidenta del Comité de familiares de los desaparecidos en Siria.

Eid instó al presidente del Líbano, Emile Lahud, al primer ministro, Fuad Siniora, y al jefe del Parlamento, Nabih Berri, a "cumplir su promesa y poner fin al drama de los libaneses encarcelados en Siria".

Al dirigirse al general cristiano Michel Aoun, que encabeza una formación política opositora, y al líder del grupo radical chií libanés Hizbulá, Hasan Nasralá, les preguntó "dónde está lo que tienen entre manos".

Eid aludía al acuerdo de entendimiento alcanzado entre esos dos líderes, por el que Nasralá habría prometido mediar ante el régimen sirio para obtener la liberación de los desaparecidos.

Al hacer un balance de los dos años de sentada simbólica, Ghazi Aad, presidente de la ONG Solide, de apoyo a los libaneses detenidos y en el exilio, afirmó que, aunque no hayan logrado su objetivo, se han hecho algunos avances.

Entre ellos, destacó el hecho de que las autoridades libanesas hayan reconocido la existencia de los desaparecidos después de haberlo negado durante 15 años.

"Este problema pasó a ser nacional desde que el Gobierno de (el ex primer ministro); Nayib Mekati reconoció su existencia, en mayo de 2005, cuando prometió hacer un seguimiento del asunto a través del Comité líbano-sirio", dijo Aad.

También afirmó que en el ámbito internacional este tema logró progresos, entre ellos el hecho de que el ex secretario general de la ONU Kofi Annan enviase al Líbano a su consejero para asuntos políticos, Ibrahim Bambari, quien aseguró que su jefe prestaba una atención especial al problema.

Por último, el diputado Ghassan Mujeiber anunció que el Comité parlamentario sobre los derechos humanos decidió formar una comisión para aclarar el paradero de los libaneses desaparecidos en Siria, Israel y Libia.

"Comenzarán a trabajar próximamente sobre un estudio al respecto, por lo que esperamos descubrir a la verdad, y obtener la liberación de todos los desaparecidos, cualquiera sean las circunstancias", subrayó Mujeriber.

Diversas organizaciones libanesas estiman que alrededor de 17.000 libaneses desaparecieron durante los tres lustros de la guerra civil (1975-1990); que azotó al Líbano.