Durante su estancia en Barcelona concedió a Efe una de sus últimas entrevistas en la que aseguró que no le gustaría entrevistar Bin Laden.

Un Kapuscinski afectado ya por la enfermedad que le causaría la muerte sostenía que en la mayoría de los conflictos bélicos del mundo la religión es sólo un problema secundario.

"No estamos -aseguró- ante una guerra de religiones, sino económica. Se trata de un conflicto de intereses, natural en un mundo tan complicado y diferenciado como el nuestro".

Después de una intensa vida dedicada al periodismo que lo llevo a viajar a muchos países, el veterano periodista expresó su interés por "todo lo que tenga que ver con la antropología natural".

Kapuscinski fue rotundo al afirmar que no le gustaría entrevistar a Bin Laden y recordó que una vez le ofrecieron mantener un contacto con Henry Kissinger cuando era secretario de Estado de Estados Unidos y que lo rechazó.

Reflexionó sobre las realidades virtuales y aventuró que estamos en un momento de la Historia en el que "la gente cree más en la verdad de la pantalla del televisor que en la realidad, lo que facilita la manipulación de las conciencias, por la fuerza que tiene la imagen. Y no sabemos adónde nos llevará esto, porque es un fenómeno muy nuevo. La verdad es que creo que será muy difícil vivir en el siglo XXI".

Ryszard Kapuscinski consideraba al padre de la Historia, Heródoto, como el "primer globalista" que, en su opinión, supo entender que "el mundo no está poblado por una sola nación o cultura" y que rompió una lanza en el mundo helénico, pues trata de comprender al "otro".

En el siglo V antes de Cristo (a.C.);, la época de Heródoto, rememoraba el reportero, "eran bárbaros toda persona subhumana que no hablaba griego" y en ese contexto el historiador "viajó a otras tierras, otros pueblos, para conocer otras culturas".

Para el periodista polaco, "el mensaje de Heródoto es muy contemporáneo" y tiene su constatación en el momento que vivimos hoy en todo el mundo: "después de quinientos años de monopolio europeo, en la actualidad, diferentes naciones y culturas quieren ocupar también la mesa del mundo. El resto del mundo nos está avisando de que ellos también tienen proyectos, planes, ambiciones".

Al hilo de las constantes oleadas de inmigrantes que llegan a las costas españolas como puerta de entrada a la rica Europa, Kapuscinski reflexionaba que se trata de una segunda fase del proceso de descolonización emprendido a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Al principio, los países del Tercer Mundo buscaban la "confrontación" y un ejemplo de esta estrategia fue la creación del Movimiento de los Países No Alineados, pero ante la escasez de resultados, el siguiente paso ha sido lo que Kapuscinski denominó la "penetración" para buscar "una mejor y más justa distribución de los recursos".