El Colegio de Ópticos-Optometristas de Andalucía advirtió hoy de los "riesgos" que supone para personas "con pequeños problemas visuales" el visionar películas de cine en tres dimensiones, entre ellos, la posibilidad de sufrir mareos, visión doble e incluso náuseas y desequilibrios.

Según explicó en una nota la citada entidad colegial, la visión binocular es una capacidad innata del ser humano que permite ver el mundo en tres dimensiones y ayuda a calcular mentalmente las distancias, a situar los objetos en el espacio.

En concreto, cada ojo obtiene una imagen, si bien es necesario que ambos ojos estén sincronizados y, para ello, se requiere que los músculos del ojo trabajen juntos. Ello posibilita que el cerebro fusione en una sola imagen las procedentes de ambos ojos, logrando una única imagen en tres dimensiones.

Sin embargo, el secretario del Colegio de Ópticos-Optometristas de Andalucía, Antonio Cantero, advirtió de que existen casos en los que los ojos "no trabajan sincronizadamente" y las imágenes no se fusionan, "como es el caso de estrabismo o ambliopía (ojo vago)". En estos casos, explicó, "la persona no es capaz de ver la película en tres dimensiones, porque tampoco tiene visión en relieve habitualmente".

De hecho, aclaró que la tecnología 3D puede suponer "un esfuerzo adicional" para el cerebro de aquellas personas con problemas de visión. En estos casos, "es posible que el espectador manifieste visión doble, mareos e, incluso, náuseas o desequilibrios si está de pie", explica Cantero.

Por todo ello, desde la citada entidad colegial recomiendan visitar al especialista, en caso de sentir algún malestar utilizando la tecnología 3D, "ya que es posible que exista un pequeño problema de visión binocular, desconocido hasta el momento".

En el caso de personas que usen corrección óptica --gafas o lentes--, deben utilizarlas debajo de las gafas de 3D, aunque, si además se tiene algún problema de visión binocular, ésta se puede manifestar a pesar de llevar corrección.

Además, advierten de que es posible que durante los primeros minutos de la película se sienta un pequeño malestar, ya que es el tiempo que los ojos necesitan para adaptarse. Con todo, cuando el cerebro entiende finalmente lo que está ocurriendo y la coordinación con la musculatura ocular se equilibra, ya se puede disfrutar de la película sin problemas.