Izpisúa, que ha participado hoy en el foro Tribuna Barcelona para hablar sobre las perspectivas que abre la medicina regenerativa, ha explicado que la capacidad regeneradora de los vertebrados superiores se ha demostrado recientemente al lograrse regenerar la extremidad de un pollo, al que previamente se le había cortado una ala.

El experimento se ha llevado a cabo en fase embrionaria entre el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona y el Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla (California); y confirma que existe la capacidad, y que si somos capaces de ponerla en activo, se puede regenerar en un futuro un miembro.

Según este científico, esta capacidad se pierde en los humanos, aunque permanece hasta poco después del nacimiento, y ha asegurado que si a un recién nacido se le cortan los dedos, se le vuelven a regenerar.

Esta capacidad regenerativa se da únicamente el algunos órganos, como el hígado, que es capaz de crecer cuando se corta una parte.

Tras afirma que ya es posible inducir la regeneración de órganos y tejidos en el laboratorio, un avance que hasta hace sólo unos años parecía inalcanzable, ha remarcado que todavía se trabaja en estadios muy iniciales, y que hay que tener cuidado para que este proceso no derive en cáncer.

También ha explicado que la medicina regenerativa ha permitido duplicar la vida de algunos gusanos mediante la manipulación de los genes implicados en la longevidad, y hacer que determinados peces generen dos corazones que funcionan, una investigación básica para lograr en un futuro células cardiacas reparadoras que sean capaces de regenerarse y mantener su función.

Izpisúa asegura que saber cómo se desarrolla una célula puede servir para paliar o desarrollar malformaciones y que actualmente de lo que se trata es de reproducir en laboratorio lo que hace tan bien la naturaleza en determinados casos.

Actualmente en Barcelona se trabaja con varios modelos de animales como ratones, peces, ranas y ajolotes, un tipo de salamandra que regenera todos los órganos, en un proceso que se ha suprimido en la especie humana sin que se sepan las causas.

Ha recordado que en el primer año de funcionamiento del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona se ha trabajado en el desarrollo de líneas celulares, cinco en la actualidad, a partir de los embriones ´in vitro´ criopreservados que no se quieren para reproducción o que son patológicos y no transferibles, y que se han buscado líneas de cultivo para que estas líneas celulares puedan utilizarse en humanos.

Se trabaja en células cardiacas, ya que se sabe que sin hacer nada algunas células madre empiezan a latir solas, y se ha logrado incluso que añadiendo una sustancia todas se conviertan en cardiacas y latan. También en tejido no cardiaco y con las mismas característica se ha logrado reproducir latidos.

Sin embargo uno de los obstáculos que hay que salvar para cuando sean posibles los trasplantes celulares es el rechazo que se da cuando no son del propio individuo, y por ello la transferencia nuclear, que consiste en quitar el núcleo o ADN de una célula e introducirla de otra, aunque todavía la legislación española no permite este tipo de ensayos.

Juan Carlos Izpisúa ha remarcado la importancia de las ayudas económicas para seguir con estos trabajos de investigación, que hacen de Cataluña una zona puntera en todo el mundo.

El presupuesto del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona es de 4,5 millones de euros, de los cuales 2,6 los aportan al cincuenta por ciento la Generalitat y el Gobierno. El resto son donaciones de benefactores, como la Fundación Cellex, y otras entidades.