Esto abre un camino para el tratamiento, informó hoy la Agencia para Ciencia, Tecnología e Investigación de Singapur.

El grupo internacional dirigido por Bruno Reversade, del Instituto de Medicina Biológica de la Agencia, analizó muestras de ADN de pacientes afectados por ese síndrome cutáneo, que hace que personas jóvenes parezcan mayores a una edad temprana, y descubrió anomalías en el PYCR1 del cromosoma 17.

Encontraron "mutaciones específicas causantes de condiciones habituales en ancianos, como la pérdida de la tersura de la piel, la densidad ósea, dislocación de la cadera o cataratas", apunta la nota de prensa.

"Es más, determinaron que los tejidos óseo y cutáneo eran los más afectados del paciente", añade la información.

Una terapia capaz de corregir el defecto de esa proteína situada en la mitocondria "podría posiblemente revertir el proceso de envejecimiento en los enfermos (del síndrome) y retrasarlo en una persona normal".

Los hallazgos saldrán publicados en la revista científica Nature Genetics