El estudio, realizado por el Hospital General de Massachusetts (EEUU) y dirigido por Cristopher Newton-Cheh, sostiene que las dos variantes genéticas relacionadas con la aparición de hipertensión en el organismo se encuentran en los genes que codifican las proteínas producidas por el corazón y los vasos sanguíneos, llamados péptidos natriuréticos.

Estos genes son los encargados de regular la expulsión de la sal del organismo de los seres humanos a través de la orina.

Según los investigadores, estas variantes genéticas tienen un "significativo" efecto en la presión sanguínea de modo que el control de éstas podría reducir en un 8 por ciento el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

En la actualidad, concluye el estudio, se están desarrollando tratamientos destinados a mantener activados los péptidos natriuréticos indefinidamente.