Esta vez no hubo necesidad de sufrir. El Lucentum consiguió el ascenso deportivo a la ACB tras barrer de la pista al Andorra en un encuentro memorable que permite al club ganarse al derecho a jugar en la máxima categoría. Para ello, la entidad que preside Luis Castillo deberá hacer frente a un importante desembolso económico, 1,8 millones en concepto de fondo de regulación de ascensos y descensos, una cifra, a día de hoy, más que prohibitiva para el club alicantino.

De momento, toca celebración, y ayer la plantilla lo festejó en los vestuarios del Polideportivo de Andorra a lo grande y con los seguidores lucentinos que se desplazaron para animar a su equipo. Una auténtica fiesta merecida y que ahora abre un buen número de interrogantes sobre el futuro del club.

En cuanto al partido en sí, no hubo duda. El Lucentum tomó carrerilla en el segundo cuarto con los triples de un espectacular Romá Bas, siguió en un tercer cuarto de neto color lucentino que decidió el partido con un parcial de 0-16 y se finiquitó con un último cuarto de recreo para el equipo alicantino. El Andorra no tuvo su día ni el Lucentum le dejó mucha capacidad de maniobra.

Salió el partido perfecto en una cancha que finalmente no fue tan hostil como se esperaba. Rejón se llevó el balón del ascenso de recuerdo. No es el único que tiene en su poder. Grandioso el pívot, muy implicado a lo largo de toda la temporada y de nuevo clave en la victoria.

El Lucentum transmitió muy buenas sensaciones desde el comienzo del partido con un nombre propio: Romà Bas. Los cuatro triples del escolta alicantino en el segundo cuarto noquearon a un desquiciado Andorra que no encontraba respuesta a la exhibición desde el perímetro. Sólo Schreider y Blanch, los de siempre, mantuvieron el tipo en un pabellón que veía como el ascenso se alejaba a cada segundo que pasaba.

Green arrancó con fuerza junto al inspirado Huertas en el primer cuarto y rápidamente el marcador lucía un 8-16. De repente, el Lucentum se atascó y con siete puntos consecutivos de Blanch el encuentro se niveló (15-16). La entrada de Coppenrath cambió de nuevo el rumbo. El pívot americano marca la diferencia en la pintura y fue vital para seguir por delante. Así, el primer acto se finiquitó con un buen 15-21.

Romà Bas se encargó de dejar las cosas claras en el segundo cuarto. Cuatro triples del jugador alicantino sirvieron para poner distancia. Su efectividad mató a un Andorra que no podía hacer nada ante semejante acierto desde la línea de 6,75. El Lucentum caminaba imparable y llegó al descanso con un renta que hacía soñar (42-53). Buen Andorra pero un Lucentum en su mejor versión de la temporada.

Ni el más optimista hubiera sido capaz de adivinar el arranque del tercer cuarto. Parcial de 0-16, marcador en 42-69 y encuentro finiquitado. Los dos triples consecutivos de Pedro Rivero y dos acciones de Guillermo Rejón mataron a un Andorra impotente. Huertas les remató con otros dos triples consecutivos para cerrar un enorme parcial de 7-22 y la ACB en el bolsillo.

El definitivo cuarto no se lo tomó el Lucentum de paseo pese a tener el choque ya sentenciado. Los jugadores querían más. Fue una fiesta para el banquillo alicantino, celebrando el ascenso deportivo por todo lo alto, una celebración que tuvo continuidad en el vestuario. La plantilla invitó a su fiesta a los aficionados que se desplazaron a Andorra.

La temporada termina de la mejor forma posible en la cancha de juego. Ahora llega lo más complicado y el camino se presenta con muchos interrogantes. Primero conseguir 1,8 millones y luego un patrocinador que aporte el presupuesto para el próximo año.

Andorra: 71. Wright (3), Maresch (12), Hampl (12), Galera (3), Guardia (3), Sánchez (2), Flis (3), Moncasi (2), Schereiner (18), Blanch (13), Sánchez (2)

Lucentum: 95. Huertas (22), Sàbat (5), Bas (14), Fernández (6), Llorca (2), Greeen (11), Middleton (4), Rivero (8), Coppenrath (15) y Rejón (8).

Parciales. 15-21, 27-32, 7-22, 22-20

Árbitros: Alfonso Castillo y Morales García.

Pabellón: Polideportivo de Andorra. 2.200 espectadores.