Quedaba un minuto para el final del encuentro. El Lucentum había ido todo el partido a remolque en la cancha del colista de la categoría, el Ourense. El esfuerzo coral del equipo había permitido acercarse en el marcador al conjunto gallego. Y en esas apareció Álex Llorca para protagonizar un error garrafal. El escolta cometió una personal que protestó de manera airada a los colegiados. La respuesta de los árbitros fue castigarle también con una técnica que echo por tierra las aspiraciones del Lucentum de encadenar su sexto triunfo consecutivo.

Llorca cometió un grave error pero su reacción espontánea reconociendo la equivocación y disculpándose a la conclusión del partido en tierras gallegas le honra. El jugador aprovechó su cuenta personal en Twitter para trasmitir su enfado consigo mismo a la afición del Lucentum. Hasta cuatro mensajes escribió tras el encuentro. "Quiero pedir perdón a la afición. Fue un momento de máxima tensión del partido y no supe reaccionar como debiera. De los errores se aprende y procuraré que no se vuelvan a repetir. Perdón porque sois una gran afición que no merece tal comportamiento en cancha", señaló el escolta lucentino.

"También quiero pedir perdón a todos mis compañeros y al cuerpo técnico. Hemos hecho un gran trabajo y mi error ha provocado que no hayamos conseguido la recompensa. Prometo seguir aprendiendo y trabajar al máximo para aportar cosas positivas al equipo", añadió Llorca en su cuenta personal de la red social, antes de agradecer el apoyo que le mostró el director general del club, José María Choclán, que también utilizó Twitter para animar al jugador.

Tras una mala noche Llorca se levantó ayer con mejores sensaciones, sobre todo gracias a los múltiples mensajes que recibió a través de Internet en los que le animaban a seguir adelante tras el traspié en Ourense. El catalán quiso agradecer este interés mediante un nuevo tuit: "Levantarse y ver todos los mensajes de apoyo -afición, amigos, familia- no tiene precio... Gracias. Ahora ya pensamos en el próximo partido".

Por otra parte, la derrota en Ourense supuso que el entrenador del Lucentum, Rubén Perrelló, haya dejado de estar invicto como máximo responsable de la plantilla alicantina. Perelló acumulaba cinco triunfos seguidos desde que asumió las riendas del equipo, tras la inesperada marcha de José María Berrocal al Donetsk de Ucrania. La de Ourense también fue la tercera derrota del curso.