Luis Castillo no arroja la toalla, pero es consciente de que las posibilidades de que el Lucentum sobreviva son mínimas. El presidente lucentino está convencido de que la institución que debería aportar los 700.000 necesarios es la Diputación. "Se comprometieron a ello en su día", mantiene Castillo.

¿Cómo ve las posibilidades de seguir con vida?

Me cuesta creer que una plaza que cuesta cinco millones se vaya a perder por sólo 700.000 euros. Ya es hora de que los alicantinos peleemos por lo que tenemos y el Lucentum es un sueño hecho realidad.

¿No se le ha pasado por la cabeza arrojar la toalla?

Me da tanto ánimo la gente por la calle que hasta que el juez dicte el auto de disolución voy a seguir peleando. Hay mejores y peores momentos, pero cuando regresé a este club jamás pensé que fuera a ser por un año.

¿Confía más en la entrada de capital público o privado?

Dinero público porque es lo pactado y soy consciente de la situación empresarial. Se elaboró un presupuesto muy medido. Alguna institución se comprometió y es ahora la que tiene la llave de nuestra salvación. No es una cantidad exagerada para tratarse de deporte de élite y la crisis no puede servir de excusa para todo. Hay que repartir mejor el dinero. No puede ser que la Volvo cueste 7 millones de euros y nosotros vayamos a desaparecer por 700.000 euros.

¿De qué institución se trata?

La Diputación. Nos reunimos con su presidenta y no hemos tenido ni respuesta. Ellos aprobaron los presupuestos en los que debían aportar 500.000 euros. No hemos visto ni un céntimo. Sonia Castedo ha estado negociando con la Diputación y estaba convencido de que se le trataría mejor aunque sólo fuera por lo importante que fue para que Luisa Pastor haya sido presidenta de la institución. En la Diputación está la solución.

¿Se ha reunido ya con la Generalitat?

Todavía no. La he pedido una reunión y todavía no he obtenido respuesta. Sólo pretendo que conozca con exactitud nuestro problema y que intermedie con la Diputación. Estoy convencido de que si la reunión la hubiera pedido el Valencia de basket o de fútbol ya la habrían tenido.

¿Ha pensado en poner dinero de su bolsillo?

Ya puse una cantidad importante a mitad de temporada para pagar la nómina de los jugadores.

¿Qué le transmite Sonia Castedo?

Que lo está intentando y hay que luchar hasta el último segundo. Hemos tenido innumerables reuniones, sé que ha hecho muchas gestiones y creo que la primera persona de esta ciudad interesada en que este club no desaparezca es ella.

¿Vale la pena todo el sufrimiento?

No lo sé. El tiempo nos lo dirá. Podemos ser un nuevo caso Calpisa o ser un club con mucho futuro porque es muy viable. Prueba de ello es que tiene patrocinador para el año que viene. De cualquier forma, esto tiene un desgaste personal elevadísimo. Lo hago por el Lucentum y por mi ciudad y al final los políticos lo acaban convirtiendo en algo personal. Yo no pido nada para mí. No pido que la Diputación me dé un parking, sólo pido ayuda para un equipo que tiene socios en 80 pueblos de la provincia.

¿Firmaría jugar en la LEB?

Firmo tener equipo. El año que viene sería muy difícil, pero es mejor permanecer donde sea que desaparecer. Estoy convencido de que si el baloncesto desaparece será para siempre.

¿Por dónde pasa el plan de viabilidad trazado?

Por rebajar el presupuesto y porque las aportaciones se cumplan y se firmen a tres ó cuatro años. Hay que adaptar el club a la situación económica del país independientemente de la categoría.

¿La afición puede empezar a olvidarse de nombres como Vidorreta, Llompart, Ivanov...?

La gente tiene que pensar si hay equipo o no. Si vamos a tener aquí la próxima temporada a Barcelona o Madrid. Quien dirija el equipo o compongan la plantilla es importante pero mucho más es vivir.