La situación es agónica. El juez puede ordenar en las próximas horas el cese de la actividad del Lucentum al no haber podido conseguir los más de 600.000 euros que necesitaba para seguir con vida y acabar la temporada sin deudas. Las múltiples gestiones realizadas tanto por Sonia Castedo como por Luis Castillo no han dado sus frutos y el final que se avecina es trágico para la entidad alicantina.

El club no ha perdido totalmente la esperanza, pero ya se comienza a asumir que el futuro se tiñe de negro pese a haber firmado una temporada histórica con Copa del Rey play off. El único requisito para una entidad que acumula más de nueve millones de euros de deuda era no engordar más la cifra. Todo iba por el buen camino, se confeccionó una plantilla con un presupuesto mínimo y se recortaron todos los gastos. Había que terminar como fuera el presente de ejercicios sin deudas para comenzar a negociar el convenio con los acreedores y salir del concurso lo antes posible. Han faltado más de 600.000 euros. El club confió en que la Generalitat asumiera esa cantidad en concepto de deuda por publicidad, pero el gobierno valenciano no está para muchas fiestas y el Lucentum no podrá disponer de ese dinero.

El club alicantino prefiere guardar silencio. No caben palabras de optimismo en estos momentos y sólo un milagro daría un giro a la situación. No sólo han pesado los 600.000 euros de esta temporada, también los nueve millones de deuda que se arrastran de años anteriores han pesado como una losa. El informe del administrador concursal no ofrece lugar a la duda. Así se lo comunicó en una reciente reunión a Castedo y Castillo. El Lucentum se encuentra ante el momento más delicado de su historia. En breve, dictará el juez.