Me cuesta creer que un remanso de serenidad y de paz, como es el santuario Erawan, haya sido objeto de tan atroz acto criminal, provocando muerte y destrucción.

El santuario Erawan, en Bangkok

Erawan es una cita obligada de todos los que visitan Bangkok, la capital turística de Tailandia y de todo el sureste asiático. Yo he perdido la cuenta de las veces que he estado en la ciudad pero al santuario, objetivo del criminal atentado terrorista, he acudido media docena de veces. La singularidad del mismo no es su grandiosidad, todo lo contrario, es uno de los más pequeños y sencillos de Bangkok, sino la continua presencia de fieles y, sobre todo, la actuación, a lo largo de todo el día, de un grupo de danzarinas con sus trajes tradicionales.

La imagen del dios Brahma domina el santuario

Contra lo que pudiera creerse, no es un centro budista, la religión oficial de Tailandia, sino hindú, y está dedicado a una representación tailandesa del dios Brahma. Se encuentra en plena calle, al descubierto, con sólo un cobertizo en forma de pabellón tradicional thai en el que efectúan sus danzas las bailarinas.

El Santuario se ubica en esta avenida comercial y hotelera

Se localiza en una de las zonas más comerciales y turísticas de Bangkok, rodeado de grandes edificios ocupados por las grandes compañías internacionales de hoteles y por amplios centros comerciales. Se construyó en 1956 para contrarrestar una serie de contratiempos que sucedieron durante la construcción del hotel Erawan, un establecimiento que fue demolido 30 años después y sustituido por el actual hotel Hyatt Erawan, ambos de cinco estrellas.

Actuación de las danzarinas de Erawan

Mi primera visita se remonta a 1983 y la última a 2013. La imagen del dios Brahma, de cuatro caras, ha cambiado, ya que la original fue destruida en 2006 por un loco que la emprendió a martillazos. La ira que provocó el acto fue tal que el agresor falleció a consecuencia de la paliza que le propinaron los transeúntes de la zona.

Danzarinas thai del Santuario

Pese a su reducido tamaño y modestia, el santuario destaca por su gran colorido y por la gran cantidad de fieles que acuden a él a orar o a donar alimentos y guirnaldas de flores, así como a encender las velas. Todas las ofrendas rodean la imagen de Brahma, que se sitúa en el punto central. Prácticamente cada 30 minutos hay una actuación de las danzarinas thai, ataviadas con sus coloridos y llamativos trajes tradicionales. Puedes hacer todas las fotos que quieras porque nadie te pondrá reparos, aunque, obviamente, hay que evitar entorpecer el paso a las danzarinas.

Los fieles depositan guirnaldas de flores

Como no es un santuario gigantesco y grandilocuente, y la entrada es gratuita, no lo suelen incluir las grandes agencias turísticas en sus tours de la ciudad, pero para mí es una de las visitas más relevantes de Bangkok, que debe hacerse a primeras horas de la mañana o al anochecer, cuando ya el calor afloja sobre la siempre fascinante capital tailandesa. Estoy convencido de que en muy poco tiempo el santuario abrirá de nuevo sus puertas para satisfacción de fieles y visitantes.

Un cuidador del santuario recogiendo velas

Todas las imágenes Manuel Dopazo