Sin visitar los pozos de nieve, al menos los mejor conservados, no se puede presumir de conocer la provincia. Están distribuidos por bellos parajes de las sierras más elevadas y están vinculados a la industria y al comercio alicantinos desde el siglo XVII hasta comienzos del XX. Subsisten casi un centenar, aunque la gran mayoría están prácticamente destruidos y el resto, en condiciones muy precarias salvo los muy escasos que han sido restaurados. Esta es una breve guía para verlos antes de que desaparezcan, ignorados por el olvido y la desidia.

La Cava Arquejada, las más conocida, cubierta de nieve

El pozo de nieve más conocido y emblemático de la provincia es, sin duda, la Cava Arquejada, también conocida como cava de Agres. Se encuentra en plena sierra de Mariola y se accede a ella desde la población de Agres, siguiendo en parte la pista, apta para vehículos, hacia el antiguo convento. Cuando se llega a la intersección con el convento se prosigue sierra arriba hacia la cumbre de Mariola en donde se encuentra el refugio del Centro Excursionista de Alcoi, justo pegado a los restos de la cava de l´ Habitació. En sus alrededores se puede estacionar el coche y a menos de 500 metros se divisa el pozo de nieve con sus famosos arcos que han sobrevivido al hundimiento del resto de la cubierta. La última vez que lo visité estaba en restauración, aunque las obras costeadas por la Diputación se habían paralizado desde hacía más de un año.

La Cava Arquejada en fase de restauración

En la misma sierra de Mariola hay varios pozos más entre los que destacan dos por su tamaño y estado de conservación. Uno de ellos es el pou o caveta del buitre, que conserva toda la cubierta. Se encuentra a unos 700 metros de la cava arquejada, siguiendo una senda que lo indica. A unos 600 metros la senda hace una gran curva y hay que coger un sendero que baja hacia la ladera y enseguida veremos el pozo.

El pou del buitre, en la sierra de Mariola

No obstante, la más espectacular de las cavas de Mariola y sin duda de la provincia, es la de Don Miguel, aunque está situada en una zona limítrofe entre Alfafara y Bocairent, a caballo entre Alicante y Valencia. Para llegar a ella hay que retomar la senda que discurre por la cumbre de Mariola en dirección sur y en ligero descenso. Recuerdo cuando la visité que las indicaciones eran mínimas, pero el gran tamaño de la misma y sus sobresalientes muros que desde la lejanía la asemejan a un castillo, son fácilmente visibles entre el paisaje. La caminata desde la cava del buitre puede rondar entre 40 y 50 minutos. La dureza del terreno provocó que en lugar que construirse en profundidad la cava de Don Miguel se hiciera en superficie, para lo cual se erigieron grandes y robustos muros reforzados con contrafuertes que deparan una edificación impresionante, muy similar a una fortaleza. Desgraciadamente la cubierta se desplomó.

La monumental cava de Don Miguel, en Mariola

La segunda ruta más importante en cuanto a la subsistencia de pozos de nieve relevantes es la de la Font Roja, donde se localizan media docena de ellos, entre los que descatan los del Canyo y del Barber. Para llegar hasta los pozos hay que dejar el vehículo en el santuario de la Font Roja y seguir la senda que sube hacia la cumbre del Menejador. Hay algún indicador sobre las cavas. Pasando el Mas de Tetuán el camino hace una gran curva y al final de la misma encontramos la Cava de Coloma, de grandes dimensiones pero sin cubierta y muy deteriorada.

Cava de Simarro, en la Font Roja

Siguiendo la senda hacia el Menejador llegamos a una intersección en la que abandonamos la ruta seguida y nos desviamos por un sendero que bordea la ladera y junto al que encontraremos una aljibe. Ya estamos muy cerca de la cava de Simarro, que se encuenta en un rellano y conserva aún muros de alrededor de dos metros de altura, aunque la cubierta la perdió. Desde aquí restan unos 300 metros para llegar al Pou del Canyo, cuya ubicación está señalizada. Este pozo conserva la cubierta en la que aún se aprecian muchas de las tejas que la remataba.

Pou del Canyo, en el carrascar de la Font Roja

El otro pozo destacado del Carrascar de la Font Roja precisa de otro acceso. Hay que coger la carretera de Ibi a Banyeres hasta la venta de los Cuernos. Desde aquí hay que seguir caminando por el sendero de gran recorrido GR-7 en dirección al santuario de la Font Roja. En apenas 20 minutos llegamos a una intersección en la que se indica la dirección hacia el Pou del Barber, ya a menos de 100 metros. Conserva la cubierta abovedada de mampostería, aunque muy deteriorada y salpicada de vegetación.

Pou del Barber, en la Font Roja

La sierra con mayor número de pozos de nieve es, obviamente, la de Aitana, la más alta y la que más precipitaciones de nieve sufre al año. No obstante, la mayoría de ellos son meras excavaciones u hondonadas que se encuentran en muy mal estado e incluso destruidos. Uno de los pocos que aún conserva parte de su estructura es el clot des Teixos, Se encuentra en la zona de umbría de la sierra, en el lado que linda con el valle de Guadalest. Para llegar a él hay que coger desde Benifato la carretera apta para todos los vehículos que llega hasta la fuente de Pertegat, a unos 4 kilómetros. Aquí se deja el coche y hay que seguir andando por una senda cuesta arriba que conduce, tal como está indicado, al Portet de Tagarina, durante un kilómetro aproximadamente. Entonces podremos contemplar en las cercanías los restos del depósito de nieve, al que se accede por un desvío muy estrecho del camino.

El clot des Teixos, en la umbría de Aitana

Entre los más próximos a la ciudad de Alicante están los pozos del Maigmó, de los que destaco dos de ellos, completos a falta de una parte de la cubierta, aunque ambos en situación muy delicada. El más accesible es el pozo del Maigmó. Para llegar hasta él hay que circular por la vía de servicio de la autovía en dirección hacia Alicante y desviarse por la carretera asfaltada que llega a la cima del Maigmó, conocida como el “Balcón de Alicante”. Cuando ya se han recorrido algo más de 3 kilómetros surge una senda que se desvía por la izquierda y que cuesta abajo nos lleva hasta el pozo en apenas cinco minutos caminando. La parte central de la techumbre se vino abajo y se encuentra en el fondo del pozo.

El Pou del Maigmó, en el "Balcón de Alicante"

El Pou de Briga es el otro pozo destacado del Maigmó. Para llegar a él hay que subir por la misma carretera que accede al Balcón de Alicante y desviarnos por un camino que se puede recorrer en coche y que nos lleva a una caseta de los vigilantes forestales. Seguimos adelante hasta llegar a un camino de tierra que se dirige a la casa Planises. Desde allí, ya caminando, aunque se puede hacer en vehículo con mucho cuidado, llegaremos al Pou de Briga en menos de 30 minutos y antes de llegar a la casa Planises. Tiene alguna similitud con el anterior y en un lateral conserva restos del refugio de la persona que se ocupaba de su mantenimiento cuando estaba en servicio.

El Pou de Briga, también en el Maigmó

No muy lejos del Maigmó, en la sierra de la Argueña, de Castalla, se localiza el que considero el pozo más monumental de la provincia, conocido como el Pou del Carrascar. Se trata de una construcción exagonal, frente a la inmensa mayoría de estos depósitos que son circulares, y de sólidos muros de sillares. La cubierta tiene forma de cúpula y está protegida por tejas de piedra que encajan entre sí y con caída a seis aguas. Cuando yo la visité se encontraba muy deteriorada pero es una de las pocas cavas que se ha sometido a una completa restauración. En breve confío en volverla a visitar y disponer de imágenes del pozo ya restaurado.

El Pou del Carrascar antes de su restauración

Para llegar al Pou del carrascar hay que enfilar la carretera que desde Castalla se dirige a Sax y a los 5 kilómetros aproximadamente desviarnos a la izquierda por una vía forestal que lleva a la Casa del Carrascal, situada a unos 3 kilómetros. En la misma casa sale otro camino, este de tierra y que es preferible hacer a pie, que en unos 500 metros llega al pozo.

La cúpula del Pou del Carrascar

Otro depósito de nieve que fue restaurado por completo es el Pou del Surdo, en la sierra de la Carrasqueta. Está ubicado dentro del recinto de un hotel rural, a unos 1.500 metros de la carretera de Xixona a Alcoi, y se llega a él por el primer desvió a la derecha, en dirección a Alcoy, tras alcanzar la parte más alta de la sierra. Sólo se puede acceder a él a través del hotel rural ya que toda la zona está vallada.

El Pou del Surdo, antes y después de ser restaurado

Cerca de la Carrasqueta, en la sierra del Rontonar, destaca el pozo del mismo nombre, el único de los tres de esta sierra que conserva la cubierta aunque su deterioro es evidente. Para llegar a él hay que salir de Torremanzanas por la carretera que se dirige a Benifallim y al llegar a la parte más alta de la sierra, el alto de Benifallim, tomamos el desvío en buen estado allí existente que tras pasar por delante de un albergue juvenil desemboca en un camino en malas condiciones, que conviene hacer a pie o en todoterreno, y que dista alrededor de un kilómetro del Pou del Rontonar.

El Pou del Rontonar

En la Serrella son dos los pozos que destacan en un área donde no se prodigaron los neveros. El pou de Famorca, llamado así por su proximidad a esta localidad, resiste a duras penas con parte de sus muros y cubierta desplomados. Para llegar a él hay que partir del lavadero situado en el mismo pueblo por el camino de Les Foietes, que se dirige a la Font de Famorca. Es una subida empinada y cansina aunque por una senda segura. El pozo es de construcción rústica aunque de gruesos muros.

El Pou de Famorca, en la Serrella

En la misma Serella y en una ubicación de complicada localización y acceso se encuentra el clot del Pla de la Casa, a más de 1.300 metros de altura. Se trata de un depósito de grandes proporciones construido haciendo una gran hondonada para cuya construcción se empleó piedra del entorno. Tuvo cubierta pero de ella no queda nada salvo los puntos de apoyo de los arcos. De todos los que he visitado es el de más complicado acceso por el gran desnivel que hay que superar, todo a pie, y por las dificultades del camino, en algunos tramos un auténtico canchal. Afortunadamente hice el camino con un amigo que se conocía la ruta y me resultó fácil pero reconozco que de hacerlo en solitario es muy probable que me hubiera desorientado. El punto de partida es una senda en una pequeña fuente situada cerca de las agujas de Els Frares, las rocas en forma de aguja de la Serella. Desde aquí hay que seguir una senda que en ocasiones se cruza con otros senderos y parece que desaparece, con tramos de fuerte pendiente y otros que son pedregales por los que resulta muy complicado y molesto caminar.

El clot del Pla de la Casa es de difícil acceso

En contraste, la nevera de Baix es tan fácil de alcanzar que se puede llegar hasta la misma en vehículo. Se localiza en el municipio de la Vall d´Ebo, a la salida de Alcalá de la Jovada. Está señalizada y muy próxima a la carretera junto a una zona recreativa. Fue restaurada y presenta un buen estado. Existe también la nevera de Dalt, muy deteriorada, que está a casi cinco kilómetros del pueblo y a la que se llega por una pista forestal que sale del cementerio de Alcalá de la Jovada y concluye en el Pic del Ros. A unos 50 metros de este punto, en una ligera bajada, se ubica la nevera de Dalt.

La nevera de Baix, en Alcalá de la Jovada

Y concluyo con la nevera más destacada de las varias localizadas en la sierra de Benicadell. Se llama igual que la sierra y para llegar a ella hay que tomar la carretera de Gaianes hacia la localidad valenciana de Castelló de Rugat y al alcanzar el Port de salem veremos una pista forestal en buen estado a la izquierda que desemboca en otra que procede de Beniatjar y se dirige hacia la sierra. Casi a tres kilómetros de allí por una zona de umbría tenemos que localizar un cartel de pequeño recorrido (PR) que indica la dirección hasta la nevera. A partir de aquí hay que continuar a pie, con tramos muy empinados pero no complicados, que conducen a la Nevera de Benicadell, situada en un altiplano de un territorio que, como la Cava de Don Miguel, es también limítrofe entre Alicante y Valencia, en este caso entre las localidades de Gaianes y Beniatjar. Es de gran tamaño, conserva casi toda la techumbre y está cubierta de hiedra en varias partes.

La nevera de Benicadell, casi en la cima de la sierra

No quiero terminar este escrito sin dos agradecimientos. Uno a mi amigo Pepe Gil, con el que visité una parte de estas instalaciones, y otro a Manuel Vicedo y Jaime Ramírez, autores del libro “Guía de los pozos de nieve de la provincia de Alicante”, una obra fundamental para conocer la relevancia del comercio de la nieve en nuestra tierra y el patrimonio que nos ha legado en forma de estas históricas construcciones.

La nevera de Benicadell, a caballo entre Alicante y Valencia

TODAS LAS IMÁGENES DE MANUEL DOPAZO