Contemplar las míticas Santa Sofía y la Mezquita Azul, pasear en barco por el cuerno de oro y el Bósforo, visitar el Palacio de Topkapi con su renombrado harén, deambular por el Gran Bazar o el mercado de las especias, son algunos de los muchos atractivos de Estambul, la antigua Constantinopla, una de las ciudades más fascinantes de Europa, con su seductor embrujo entre oriente y occidente. A continuación describo los que son, a mi entender, sus diez atractivos imprescindibles para conocerla.

Atardecer en Estambul con la silueta de una mezquita

1. LA MEZQUITA AZUL. Es uno de los iconos de Estambul y su edificación más famosa junto con la de Santa Sofía. Su verdadero nombre es la mezquita del Sultán Ahmed y destaca por su gran belleza estética, con un edificio central rodeado por seis espigados minaretes. Las mejores horas para visitarla son al amanecer, cuando los dorados rayos del sol iluminan su fachada norte, y al anochecer, bellamente alumbrada y con el añadido de los coloridos juegos de luces de la fuente cercana.

La Mezquita Azul

No importa las veces que hayan estado en Estambul. Una visita a la ciudad siempre se queda coja sin pasar por la Mezquita Azul y su entorno. También tienes que visitar su amplio patio y su bello interior, con la sala de oraciones cubierta de miles de azulejos en tono azulado, que le han dado el nombre. La entrada, como en la inmensa mayoría de mezquitas que celebran culto, es gratuita.

Imagen nocturna de la Mezquita Azul y la fuente luminosa

2. SANTA SOFÍA. Solo separada de la Mezquita Azul por una zona ajardinada, unos la llaman basílica, porque eso fue en sus orígenes allá por el siglo VI, y otros la denominan mezquita, porque fue habilitada como tal, con el añadido de sus cuatro minaretes, tras la invasión otomana de la ciudad en el siglo XV. Ahora no es ni una cosa ni la otra ya que en la actualidad es un museo, lo que obliga a pagar entrada para su visita, unos 8,50 euros aproximadamente. Vale la pena pagar el precio y soportar largas colas, especialmente en temporada alta y en horas punta, para contemplar su interior, no menos imponente que su fachada, con una gigantesca cúpula rematando una construcción monumental y grandiosa.

Fachada de Santa Sofía

La sala principal de Santa Sofía impone por su inmensidad, aunque en mi última visita parte de la misma estaba en restauración y cubierta de andamios en unas obras que se prevén largas y que son continuación de las efectuadas para adecentar y cimentar su exterior, que se prolongaron nada menos que 17 años y que concluyeron en 2010. Esperemos que estas sean más breves. No hay que olvidar del interior la subida a la segunda planta para contemplar sus bellos mosaicos, todos de la etapa cristiana y que afortunadamente no fueron destruidos, aunque algunos están muy deteriorados.

Interior de Santa Sofía

3. EL PALACIO DE TOPKAPI. Se encuentra junto a Santa Sofía y completa, junto a esta y a la Mezquita Azul, el trío de grandes atracciones de la zona monumental de Estambul. Situado en la parte más elevada del Estambul antiguo, domina el Bósforo y desde sus terrazas hay espectaculares vistas de la ciudad. Durante medio milenio, hasta mediados del siglo XIX, fue el palacio de los sultanes que gobernaron el imperio otomano.

Puerta de acceso al Palacio de Topkapi

El Palacio es un complejo de edificios, patios y áreas ajardinadas, de entre los que destacan especialmente el Tesoro y el Harén. Por supuesto que hay que pagar entrada, que asciende a 40 liras, unos 8,5 euros. En los salones del Tesoro se encuentra una de las joyas más caras y famosas del mundo, el diamante cucharero, sometido a excepcionales medidas de seguridad. Recuerdo que pese a todo unos expertos ladrones consiguieron burlar todos los controles y las alarmas, y robar una daga de oro adornada con perlas y diamantes de valor incalculable. Lograron entrar a través de la cúpula del edificio sin poner un pie en el suelo. Eso sí, se trataba de pura ficción en una emocionante película que protagonizó la inolvidable Melina Mercouri.

Perspectiva de Estambul y sus minaretes desde Topkapi

El otro gran atractivo del palacio de Topkapi, junto al Tesoro, es el Harén, unas amplias dependencias recubiertas de bellísimos azulejos que acogían al medio millar de mujeres del sultán de turno. Hay que guardar cola por lo que conviene verlo a primera hora, sobre todo si lo visitas en temporada alta. Además, tienes que hacer un desembolso adicional de cinco euros para poder entrar. No te olvides de contemplar la excelente panorámica de Estambul desde el mirador del pabellón Bagdad, identificable por su pérgola con cubierta dorada. El Palacio cierra al público los martes.

Dependencia del Harén en el Palacio de Topkapi

4. EL PALACIO DOLMABAHÇE. Está situado, como todos los grandes atractivos de Estambul, en la parte europea, en la orilla del estrecho del Bósforo, y fue la última residencia de los sultanes otomanos antes de la abolición del régimen del califato en 1924. Es una edificación enorme compuesta de varios edificios interconectados de estilo occidental aunque con algunas referencias orientales. Dado su gran tamaño y proximidad al mar, la mejor vista panorámica la tiene desde los cruceros que recorren el Bósforo.

Vista parcial de la fachada del Palacio Dolmabahçe

Desde 1984 Dolmabahçe se transformó en museo. Las partes más interesantes del palacio son el salón del trono y las dependencias oficiales, que son realmente dignas de ver. Los reparos que le pongo son que solo se permiten las visitas guiadas en grupo, que el precio de unos 6,30 euros a los que hay que añadir otros 4,2 si quieres añadir el harén es excesivo, y que están prohibidas las fotografías, incluso sin flash. No obstante puedes disparar alguna foto furtiva mientras el guía explica al resto del grupo las maravillas del palacio. Yo así lo hice. El palacio cerrado al público los lunes.

Una de las salas del palacio Dolmabahçe

5. EL GRAN BAZAR. Es una visita imprescindible incluso aunque no se tenga interés en comprar nada. Es uno de los mercados interiores más grandes del mundo, con un total de 22 puertas de acceso, 64 calles y más de 3.600 comercios, según los datos oficiales. Frente a otros bazares orientales destaca por la amplitud de la mayoría de sus calles y por la artística decoración de muchos de los establecimientos, en los que se puede adquirir casi de todo. El Gran Bazar está en la parte antigua de Estambul, no lejos de la Mezquita Azul. Su horario es de 8,30 a 19,30. Cierra los domingos.

Una de las 22 entradas al Gran Bazar

Si vas en compañía al Gran Bazar no se te ocurra separarte de ella porque tendrás muchas dificultades de volver a encontrarla ya que el interior es un inmenso laberinto con pocas referencias para poder guiarte, aunque hay algunas partes donde los comercios se agrupan por productos y actividad, lo que pueden servir de orientación. Algunos comercios y puestos de venta, especialmente los de cerámica, lámparas, porcelana y decoración, son realmente preciosos. El regateo es fundamental e imprescindible si no quieres ser timado. Hay que armarse de paciencia y reducir al máximo el precio inicial. Si no consigues un precio que consideras asequible, lo mejor es renunciar y seguir buscando ya que hay algunos vendedores que intentan hacer el día con los turistas timoratos empleando todo tipo de subterfugios sobre las excelencias de su producto, que no son más que palabrería.

El interior del Gran Bazar es un laberinto

6. EL BAZAR DE LAS ESPECIAS. Es una opinión casi generalizada de que Estambul es el paraíso de los exquisitos dulces árabes, por la gran variedad y calidad de su oferta. Hay muchas pastelerías y panaderías donde adquirirlos por toda la ciudad pero el Bazar de las Especias es el sitio ideal por la gran concentración de comercios con todo tipo de dulces, desde múltiples variedades de delicias turcas hasta exquisitos pasteles de frutos secos, hojaldre y miel.

El Bazar de las Especias o Bazar Egipcio

El Bazar de las Especias, también conocido como Bazar Egipcio, se encuentra junto a la Nueva Mezquita y muy cerca del Puente de Galata. Aunque es de grandes dimensiones, su tamaño es muy inferior al Gran Bazar y, además, tiene una gran calle central por lo que no te puedes perder en su interior. Además de los dulces y las especias a las que alude su nombre, en él también puedes encontrar otros productos comestibles y todo tipo de souvenirs. Cierra también los domingos. Mención especial merece el caviar, que se vende envasado y hasta en algún caso a granel. Te aseguran que es auténtico y de distintas calidades de esturión pero en la gran mayoría de los casos se trata de burdas falsificaciones aunque los envases estén perfectamente etiquetados. Los precios del caviar están por las nubes y no te creas a quien te ofrezca una ganga. Comprar caviar auténtico solo se puede conseguir en muy escasos comercios de total fiabilidad y en envases blindados con especiales precintos de garantía. Si te ofrecen caviar a precios asequibles, no tengas dudas, es un mero sucedáneo.

Puesto de venta de especias y delicias turcas

7. EL PUENTE DE GALATA. La principal relevancia de este puente no es su diseño o imagen sino su estratégica ubicación, conectando la parte vieja y la nueva de Estambul a través del Cuerno de Oro. Si quieres una imagen inolvidable del atardecer sobre la ciudad, tendrás las mejores oportunidades desde el extremo del puente de Galata que linda con la parte nueva de Estambul, y podrás incluir el revoloteo de gaviotas, muy abundantes por el trasiego de pescado en un mercadillo muy cercano. También es un lugar de cita para los pescadores con caña, que se amontonan a lo largo de su barandilla y consiguen frecuentes capturas.

Panorámica del Puente de Galata

El puente de Galata se inauguró en 1994, sustituyendo a uno anterior que se había quedado pequeño por la gran densidad de tráfico rodado. Tiene una longitud de 490 metros y su parte central es levadiza. En la parte inferior del puente lindante con la parte vieja de la ciudad hay una segunda planta repleta de bares y restaurantes, algunos de ellos ideales para los amantes del pescado, que se exhibe en el exterior para mostrar su frescura. Estos restaurantes son caros porque es una zona destinada a los turistas pero vale la pena para los amantes del buen pescado. Si tienes un presupuesto muy limitado puedes consolarte comiendo un bocadillo de caballa recién pescada a la plancha en los barcos restaurantes atracados en las proximidades del puente.

Mezquita de Suleimán desde el Puente de Galata

8. MEZQUITA DE SULEIMÁN EL MAGNÍFICO. De entre las numerosas mezquitas de estambul la de Suleimán el Magnífico (Suleymaniye), es una de las más destacadas. Su imagen despunta en las colinas del viejo Estambul y remarca con su silueta de estilo oriental el skyline de la ciudad desde el Puente de Galata. Su construcción se remonta al siglo XVI y dispone de la cúpula más elevada de las mezquitas de estilo otomano.

Mezquita de Suleimán el Magnífico

El interior de la mezquita de Suleimán el Magnífico, que se puede visitar salvo en los momentos de oración, es bellísimo y luminoso, a lo que contribuye la clara tonalidad de sus paredes, sus numerosas vidrieras y una gigantesca lámpara circular con múltiples puntos de luz.

Interior de la Mezquita de Suleimán

9. LAS MURALLAS DE TEODOSIO Y LA FORTALEZA DE YEDIKULE. Las murallas tienen una extensión de 7 kilómetros y recorren el territorio entre el mar de Mármara y el Cuerno de Oro en las afueras del núcleo urbano de Estambul. Algunos tramos han sido restaurados y muestran la grandeza de este elemento defensivo que protegió la ciudad de Constantinopla a lo largo de dos milenios. Dispone de un total de 11 puertas, algunas de ellas imponentes, y de 92 torres. Las puertas más relevantes y en mejor estado son las de Belgrado y Topkapi, así como sus extremos, en gran parte restaurados.

Las Murallas de Teodosio II tienen 7 kilómetros de longitud

Muy cerca del tramo de la muralla de Teodosio que concluye junto al mar de Mármara se encuentra, integrada en ella, la fortaleza de Yedikule, un imponente bastión de forma pentagonal con robustos muros y siete torres. Su origen se remonta a la época de Teodosio II, en el siglo V, aunque su imagen actual es consecuencia de las obras efectuadas tras la conquista otomana. Su ubicación, algo alejada del centro urbano, provoca que sean pocos los que visitan tanto las murallas como la fortaleza, hasta el punto de que puedes hacer la visita en solitario como me sucedió a mí, aunque este lugar, como casi todo Estambul, es un lugar seguro.

La Fortaleza de Yedikule tiene forma pentagonal

10. PASEO EN BARCO POR EL BÓSFORO. Un recorrido en barco por el estrecho del Bósforo, que une el Mar Negro con el Mar de Mármara, es imprescindible y es uno de los grandes atractivos de Estambul. Hay distintos tipos de periplos, de mayor y menor recorrido. Todos los ferrys parten de las proximidades del puente de Galata y los billetes se compran en los quioscos existentes junto a los ferrys. Es muy importante comprar directamente los billetes en las taquillas de los ferrys, ya que por los alrededores de las mismas hay numerosos vendedores de tours de distintas agencias que intentan aprovecharse de los turistas y ofrecen tours similares pero en barcos privados a precios mucho más elevados.

El Estambul antiguo desde el Cuerno de Oro

El itinerario en ferry idóneo para poder ver lo más relevante del estrecho del Bósforo es el que rebasa el segundo puente. Se puede hacer sin paradas, con una duración de casi dos horas, o con una parada de dos horas en una pequeña localidad para el almuerzo. El precio ronda entre los 5 y los 10 euros. Es una delicia durante todo el año poder contemplar, mientras navegas, las fachadas de imponentes palacios situados a las orillas del Bósboro, entre ellos los de Dolmabahçe y Ciragán. Uno de los puntos más destacados es el del castillo de Rumelia (Rumeli Hisari), cuyas altas murallas delimitadas por tres imponentes torres recorren las laderas de una empinada colina bañada por el Bósforo. Es un baluarte del siglo XV que se contempla en todo su esplendor desde el mar.

El Castillo de Rumelia desde el Estrecho del Bósforo

Estas diez visitas son imprescindibles pero si se dispone de más tiempo hay otros atractivos relevantes que ver en Estambul entre ellos la plaza de Taksim, el corazón de la zona moderna de la ciudad y cuyo entorno está repleto de elegantes comercios y numerosos bares y restaurantes. Todavía subsiste un encantador tranvía que discurre por la peatonal avenida de la Independencia, que parte de la misma plaza de Taksim. No lejos, por una calle en pronunciada cuesta se llega a la torre de Galata.

Tranvías históricos en el moderno Estambul

Es cierto que Estambul ha sufrido meses atrás el zarpazo del terrorismo en forma de criminales atentados pero parece que en la actualidad la situación se ha tranquilizado y ya el turismo vuelve con fuerza para disfrutar de una de las ciudades más atractivas de Europa y, sin exagerar, del mundo.

Vista nocturna desde el Cuerno de Oro

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