A todos nos ha pasado alguna vez ir a la barra de un bar o de un chiringuito atiborrado de clientes y tener que estar varios minutos hasta que el camarero/a nos echa siquiera un vistazo.

La comunicación no verbal nos puede ayudar a reducir sensiblemente ese tiempo de espera. ¿Cómo? Utilizando lo que llamamos elerarquía horizontal. Es decir, hacerse más grande, más ancho, ocupar más espacio.

La elerarquía vertical (hacerse más alto levantando el mentón o alzándose un poco de puntillas) la utilizan sobre todo los hombres en situaciones de agresividad. Pero ojo, también en situaciones de flirteo. Sí, cuando a un hombre le gusta una mujer, suele intentar sacar pecho y hacerse más grande. Esto, como te puedes imaginar, nos viene de nuestros ancestros más animales. Las hembras de cada especie suelen preferir a los machos más grandes, porque preveen que serán más habiles y más fuertes para la caza. Y, aunque hemos evolucionado mucho, las mujeres seguimos haciendo un rápido escaneo al eje espalda-altura cada vez que contactamos visualmente con un hombre.

Pero volvamos al chiringuito: mucha gente agolpada en la barra y, en realidad, tú has llegado el último. ¿Qué puedes hacer? Podrías esperar a que te toque, es lo justo. Pero como no estamos hablando de justicia, sino de que te atiendan lo antes posible, ahí va el truco: apoya tus manos sobre la barra, con los brazos arqueados hacia afuera, ocupando el máximo espacio posible, inclinado un poco hacia delante y fija tu mirada sobre el camarero/a que deseas que te atienda. Seguro que no pasa mucho tiempo hasta que se fije en ti y te atienda. Pero si no te hace caso, recuerda: éste truco no es infalible y los mejores camareros tienen claro quién llegó antes.