Acabo esta serie de resúmenes sobre la comunicación no verbal de los principales candidatos a la presidencia del gobierno con Pablo Iglesias, el líder de Podemos.

Este candidato es el que más ha evolucionado en los últimos meses. Desde sus primeras apariciones, en que lo veíamos muy tenso, con el ceño muy fruncido, hasta su pequeña aportación al mundo de la música cantándole “Duerme negrito” a María Teresa Campos, hemos visto la prueba de que la comunicación, y, en concreto, la comunicación no verbal, puede ir mejorándose. ¿Qué es necesario para ello? Lo primero, tomar conciencia de nuestros fallos, y lo segundo, ir corrigiéndolos de forma natural y progresiva.

Si nos fijamos en la fisionomía de Pablo Iglesias con respecto a los otros candidatos, Mariano Rajoy, Albert Rivera y Pedro Sánchez, podemos ver que es el que, corporalmente, tiene menos ventaja. Su espalda encorvada y estrecha le resta atractivo. Esto es debido a que uno de los parámetros que determina el atractivo en el caso de los hombres es el eje espalda-cintura. De hecho, cuando nos cruzamos con un hombre por la calle, el primer vistazo suele ir hacia la proporción espalda-cintura, que nos va a dar una indicación de mayor o menor dominancia. Unas espaldas bastantes más anchas que la cintura nos dan una sensación de dominancia en un hombre que a las mujeres nos resulta atractiva y que a los hombres les da una idea de la dominancia que puede tener el otro (como véis, pura biología). Quien tenga curiosidad, puede consultar a M. Patterson (“Más que palabras”), para una mayor profundización sobre el tema.

Para resumir, aunque Pablo Iglesias cuenta en el punto de partida con un físico menos dominante, ha sabido suplir esta “carencia” con una comunicación no verbal rotunda de macho alfa. Su elerarquía horizontal (hacerse lo más ancho posible con las piernas y con los brazos) le ayuda a suplir la espalda estrecha y, de hecho, pone en situación de “desventaja no verbal” a su interlocutor. Fijaos en estos ejemplos.

Fijaos no sólo en las piernas, sino también en los brazos. Parece una tontería, pero no sólo los que lo vemos percibimos su dominio consciente o inconscientemente, sino que sus interlocutores llegan incluso a ponerse nerviosos por esa dominancia ejercida por Pablo Iglesias sobre ellos. De hecho, en estas cuatro fotografías, fijaos en cómo están los otros. Todos se están protegiendo, bien con las manos, bien con las piernas.

Cuando queráis “dominar” a alguien, probad a adoptar posturas de piernas y codos abiertos si estáis de pie, o a sentaros exactamente como lo hace Pablo Iglesias en estas fotos. Veréis que funciona.

También os digo que, para el caso de Pablo Iglesias, una americana o una chaqueta con hombreras, le ayudarían mucho.

Otro aspecto de Pablo Iglesias que le da mucha ventaja respecto a sus adversarios es su voz grave, que modula muy bien para adaptarla perfectamente al mensaje. Albert Rivera también modula bien, pero su voz es más aguda. Y Pedro Sánchez tiene la voz también grave pero la modula de forma artificial. En cuanto a Rajoy, permitidme que en este punto pase palabra.

¿En qué puede mejorar Pablo Iglesias su comunicación no verbal? Su gestualidad no es excesiva, pero en demasiadas ocasiones le vemos un sagital superior (mentón hacia arriba). En su caso, se puede entender como un signo de prepotencia, de creer que está en posesión de la verdad. Se puede argumentar perfectamente sin levantar el mentón, porque es un gesto que le resta. De hecho, un leve sagital inferior (el mentón un poquito hacia abajo) nos hace más atractivos (probadlo delante del espejo y veréis que todos somos más atractivos con un leve sagital inferior. Además, es un gesto de acercamiento; y, de hecho, en situaciones de seducción, es un gesto que implica la voluntad de acercamiento a esa persona.

Como estamos muy próximos ya a las elecciones, os recuerdo (ya sé que me estoy repitiendo, pero es importante): el domingo se debería votar en función del programa y de las expectativas de cumplimiento de ese programa. Las habilidades de comunicación de los candidatos son eso: habilidades. Que unos tienen más trabajadas que otros, que en el caso de unos son más naturales que en el caso de otros. Pero lo importante es el programa.