A muchas personas no nos gusta el boxeo. Es un deporte que tiene un componente de agresividad que no todo mundo digiere. Otra cosa bien distinta son los boxeadores. O mejor dicho, los cuerpos de los boxeadores. Y si no, que se lo digan a esta pobre chica que estuvo intentando mantener el tipo delante de semejantes cuerpos. Me recordaba a los sufridores del Un, Dos, Tres, que sólo podían ver pero no interactuar.

Mirad primero el vídeo:

Se ve en muchos momentos del vídeo cómo nuestra protagonista abre los ojos, como si estuviera sorprendida. Lo cierto es que, además de la sorpresa, que podría ser una de las causas por las que abriera tantos los ojos, cuando algo nos gusta, tendemos a abrir más los ojos, de igual manera que muchas veces nos pica el ojo cuando algo no nos gusta de forma que nos obliga a cerrarlo. Si estoy tranquilamente tecleando en mi ordenador y viene mi marido por detrás y me pone delante un bombón de chocolate con leche y almendras, abriré los ojos. Podéis pensar que es por la sorpresa. Pero si le pido que me haga una paella (por cierto, como buen valenciano, hace la mejor paella que se puede probar), aún sabiendo que hay paella para comer, abriré los ojos cuando la vea. Porque me encanta. Pues a esta chica le encantan los cuerpos que está viendo delante suyo, a unos centímetros, sin poder tocarlos, sólo verlos. Y sus ojos se abren.

Y ahora fíjate en estas dos fotos:

Además de los ojos abiertos como dos platos, vemos algo raro en la boca. Su lengua está recorriendo su boca. Esto lo hace en varios momentos del vídeo. Cuando la lengua se puede adivinar desde dentro de la boca, se está reflejando un malestar. En este caso, ese malestar viene seguramente por el deseo reprimido. Y ¿en qué otro detalle podemos ver ese deseo reprimido? En dos detalles: primero en un micropicor en el labio inferior que rasca con los dientes. Cuando nos pica el labio inferior, estamos seguramente sintiendo un deseo reprimido, y en ocasiones, inconfesable. El significado es mucho más fuerte que si nos pica el labio superior, en donde también hay deseo reprimido pero sin el carácter de prohibido que define al inferior.

Y el segundo detalle en el que podemos asegurar que se trata de un deseo reprimido es en cómo saca la lengua. En Comunicación No Verbal Científica, tenemos definidas (con al menos un 85% de fiabilidad) diez formas diferentes de sacar la lengua. En este caso, la lengua sale por el lado izquierdo y se desplaza hacia el centro. Se trata de un deseo manifiesto de acercamiento. Si véis ese gesto en la chica o el chico que os gusta, seguramente, está lista/o para que avancéis un poco más. Ojo, cuando va de izquierda al centro. Si no, tiene otro significado.

En fin, que no sé si la chica pasó buen o mal rato, según se mire. Pero lo que es seguro es que sentía un deseo reprimido al ver los cuerpos semidesnudos de los boxeadores.