Todos hemos vivido cantidad de situaciones embarazosas, de esas en las que deseas que la tierra te trague. También hemos sentido vergüenza en muchos momentos de nuestra vida, por muy extrovertidos que seamos. Sin embargo, sea por dignidad, o por sentido del ridículo o simplemente por ego, hacemos como que está todo bien. No hace mucho me caí en medio de una calle llena de gente sentada en las terrazas de las cafeterías. De esas caídas monumentales, con gritito de dolor y todo. Pero, oye, me levanté toda digna y sonreí ampliamente a la persona con la que iba, como si nada. Aún tengo los moratones. Los políticos también tienen situaciones incomodísimas muy a menudo. Tenemos que tener en cuenta que están contínuamente sometidos al ojo público, por lo que, además de la situación en sí, se encuentran con la sobredimensión que da el que el momento se convierta en público. Es decir, no es lo mismo que yo, una persona anónima, me caiga en la calle, que que el Rey Juan Carlos se pegue una castaña monumental delante de todos los fotógrafos, cámaras y periodistas, y que además sepa que le va a ver toda España cayéndose.

Ahora imaginemos que somos el periodista que quiere saber si un político está incómodo en una situación o si, por el contrario, está por encima de la propia situación. ¿Cómo podemos detectarlo? Hay bastantes gestos que denotan incomodidad. Pero hoy os quiero hablar de un gesto clave, que no se cumple en todos los casos, pero que, cuando se cumple, su significado es siempre incomodidad, vergüenza o timidez.

Se trata de la microdisimulación de la mano o del pie izquierdos. Es decir, escondemos nuestra mano izquierda (o nuestro pie izquierdo en algunas ocasiones). Podemos esconder nuestra mano detrás, en la espalda, metérnosla en el bolsillo, debajo de la mesa, ocultarla con nuestra mano derecha, o incluso taparla con una chaqueta, por ejemplo. En cuanto al pie, normalmente lo que hacemos es esconderlo detrás de nuestro pie derecho. Es decir, atrasamos nuestro pie izquierdo y lo cruzamos hasta que el derecho queda delante.

Como hemos ido viendo a lo largo de muchos posts, nuestro lado izquierdo del cuerpo y la cara es nuestro lado más emocional, pero también tiene otra dimensión: representa nuestro yo, lo que somos y lo que sentimos. Dicho esto, véis que lo más normal e esconderlo en situaciones incómodas en las que querríamos desaparecer de la escena.

Os pongo aquí varios ejemplos para que lo veáis.

https://www.youtube.com/watch?v=6BJ3mBU968E

https://www.youtube.com/watch?v=oLQUF7FGGBA