El olor en nuestra vida íntima tiene una gran importancia. No son pocas las personas que incluso llegan a tener problemas en el terreno sexual al encontrar desagradable su propio aroma corporal o el de la otra persona. En nuestro cerebro, cualquier olor hace que se ponga a funcionar de manera inmediata un tipo de deseo. Por ello, hagamos un repaso de la erótica del perfume, pues puede ser una fuente de placer enorme.

Libertad olfativa

Para el género masculino, la piel es el mejor afrodisíaco. Las mujeres morenas tienen aroma de pimienta, las rubias a heno fresco, y las pelirrojas suelen evocar ciertas connotaciones de tipo salvaje. Los olores generan muchas fantasías.

La lascivia viene del oriente en el perfume

A nadie se le escapa que las orientales nos descolocan. Son perfumes que vienen en clara inspiración por el valor y los olores del Oriente. Muchas claras promesas que, gracias a el olor a especias, vainilla, pachuli, mirra o incienso, nos seducen.

El cuero, un olor salvaje

En el lejano siglo XIX, cuando el ejército ruso solía encerar sus botas con una sustancia que extraían de la madera de los abedules, este aroma se convirtió en salvaje. Esta era una sustancia de poderoso olor, que daba una gran virilidad. Este tipo de productos, para una mujer, pueden ser un verdadero afrodisíaco.

Chipres, un misterio evocador

A pesar de su nombre, no hay relación alguna con la isla que se llama igual. Hablamos de un mundo en el cual nuestros recuerdos nos llevan a los bosques en otoño, que suelen tener un gran misterio. Suelen basarse en mezclas que tienen a la bergamota y a corazones de flores como el jazmín o la rosa. Estamos ante unos chipres que dan más lugar a la intriga que al hechizo.

El llamado ‘efecto Lolita’

Existen algunos olores que se conecten sin duda a los recuerdos de la niñez y que nos provocan una adicción desde el momento en que los olemos. Entre ellos, podemos citar al caramelo, chocolate, regaliz o la vainilla, que nos llevan a esos momentos en los cuales se despierta la sexualidad y el deseo juvenil.

Usar perfumes de este tipo hacen que vayamos a una especie de ritual personal donde el erotismo y la inocencia bailan juntos. Fragancias dulces y golosas, que hacen una llamada al deseo que permite que sea imposible resistirse a ellos.

La inhalación más natural

Está claro que, en el terreno olfativo, el libertinaje se puede concebir ciertamente como un juego erótico. Una buena opción que siempre recomiendan los sexólogos es oler a la pareja. Zonas como el cuello, las manos, etc. Hay que olerlo como si fueran unas rosas o el mejor perfume, buscando ese olor que te encienda.

Como puedes ver, la erótica del perfume adquiere gran importancia, pues es una puerta a un cúmulo de sensaciones con las que propiciar unas relaciones o situaciones donde el erotismo y el ambiente se pueden caldear hasta las más altas cotas.

Así que ya sabes, a darle más importancia al perfume en el sentido erótico del que le damos a la hora de la verdad, de ello dependen muchas sensaciones placenteras, muchas de ellas que ni si quiera conoces.