Hoy en día puede ser muy fácil saber lo que está haciendo un amigo tuyo, basta tan solo con mirar el Facebook y seguramente habra puesto una foto de su última actividad. Desde hace años todos usamos como mínimo un móvil, y desde que aparecieron los Smartphone el acceso a las redes sociales se ha convertido en algo asiduo, cotidiano e imprescindible para algunos.

En el año 2004 nació Facebook como una página web donde los amigos se podían intercambiar fotos, el éxito fue rotundo básicamente por dos motivos:

  1. Siempre se ha dicho que todos tenemos en la vida 5 minutos de gloria, pues gracias a compartir nuestros momentos en la red con nuestro amigos virtuales encontramos un filón para intentar destacar ante los demás.
  2. Uno de los mayores defectos del ser humano es que somos cotillas desde que nacemos, y si encima con las redes sociales podemos saber que están aciendo nuestros conocidos pues alimenta nuestra dosis diaria.

Evidentemente cuando hablamos de redes sociales nos referimos a las exitosas plataformas como Facebook, Twitter o Instagram, pero también contempla la participación en los miles de foros que existen en internet, la omnipresente aplicación Whatsapp, o los juegos en red de la PS4. Con nuestras participación en estos medios constantemente estamos alimentando las dos principales fuentes de éxito de las redes sociales.

Obviamente estas nuevas formas de socialización tienen su punto bueno, antes cualquier grupo de amigos para realizar una quedada tenía que realizar una cada de llamadas desde el teléfono fijo, nos era complicado saber como estaban nuestros familiares lejanos (que estaban tan solo en un pueblo pequeño a 200 kilómetros de la ciudad) o realizar una buena foto familiar y realizar copias a todos los integrantes. Estos son algunos de los aspectos positivos que nos han proporcionado estas redes sociales, que los podemos resumir en un punto COMODIDAD para comunicarnos.

Pero como en todas las nuevas tecnologías aplicadas al uso cotidiano, también tiene sus puntos negativos que debemos controlar. Antes en las calles o los parques se veían a adolescentes reunidos, ahora esos encuentros son desde su habitación a través de Skype o jugando en red durante múltiples horas sin querer salir de casa. ¿Cuantas veces ha colgado un amigo una foto en su muro donde vosotros aparecéis? esta situación se da muchísimas veces invadiendo el espacio de nuestra intimidad. Encima además es habitual añadir amigos virtuales que ni siquiera conocemos tan solo por el afán de destacar ante el resto por la cantidad de seguidores o likes que se tienen; nunca los ladrones lo habían tenido tan fácil para saber cuando una casa estaba vacía.

Así que mi recomendación es que utilicemos las redes digitales para socializarnos porque nos facilitan determinadas tareas, pero siempre con cierto sentido común y con amigos reales.