Westworld se ha erigido ya como la sucesora de Juego de Tronos por la vía de los hechos consumados. Su segunda temporada se estrenó el lunes en la misma semana en la que HBO solían arrancar otros años los nuevos episodios de la fantasía basada en el universo literario de George R. R. Martin. Sin embargo, este año ya no tenemos Juego de Tronos. La temporada final no se va a emitir hasta el 2019 y hay que ir llenando ese vacío. Ya es un hecho que Westworld ha sido la elegida. En el catastrófico caso de que la serie fuera un fracaso, HBO en España cuenta con un recambio, ya que ayer se estrenó también otra de las series más esperadas del año, la segunda temporada de The Handmaid’s Tale. Parece como si con la llegada de estos dos pesos pesados quisieran desviar la atención del respetable y hacerle olvidar que este año no tendrán su dosis de dragones y puñaladas entre Lannister y Stark por el trono de hierro. Las noches de los lunes y los jueves van a llenar los vacíos de muchos seriéfilos durante los próximos dos meses. Los revolución de los androides a lo Michael Crichton contra la distopía machistoide nacida de la pluma de Margaret Atwood.

La segunda temporada de Westworld se ha hecho esperar. Tanto que muchos ya se habían olvidado que la primera fue un poco decepcionante y están dispuestos a seguir dándole una oportunidad poniendo en contador a cero. Tras un arranque más que notable, la acción se fue diluyendo en las semanas siguientes en episodios un tanto tediosos, para luego retomar impulso en el tramo final. La segunda temporada comienza dando todo aquello que nos prometieron en la anterior, pero no nos llegaron a dar hasta el último momento: La revolución de las máquinas contra los humanos que les sometían a todo tipo de perrerías. El parque de atracciones con androides que nos mostraba la película de los años 70 se ha convertido en un lugar donde los seres humanos dan rienda a sus instintos más bajos con las máquinas que están allí para su entretenimiento. Una diversión que pasa por golpearlos, violarlos y hasta asesinarlos, aprovechando que son máquinas y se supone que no tienen sentimientos. Al final del día se les manda al taller, se les arregla, se les borra la memoria y ya están listos para el siguiente turista sádico. El problema es que parece que ha ocurrido un fallo y, entre reparación y reparación, sus recuerdos están saliendo a la luz.

Al final, el pistolero de negro interpretado por Ed Harris en la serie no ha sido la versión televisiva de Yul Brynner en el filme clásico. Su contrapartida ha resultado ser quien menos esperábamos. La dulce y virginal Dolores, encarnada por Rachel Evan Wood, es la líder de la revuelta y sus ansias de venganza no parecen tener límites. La otra androide que lidera la revuelta es Celeste (Thandee Newton) que ha dejado ya muy atrás los días en que era la jefa del burdel del pueblo y ahora busca a la hija que los humanos le arrebataron. Todo parece orientado a ser una gran metáfora sobre los abusos sexuales que han sacudido a la industria del cine, donde en los últimos meses han aflorado casos que han indignado a la sociedad. Las dos androides han sufrido todo tipo de abusos y violaciones y, tras tomar conciencia de su situación, reclaman venganza contra sus esclavizadores. El primer episodio de esta temporada se ha tomado la libertad de mostrarnos un desnudo frontal masculino totalmente gratuito, precisamente con la intención de plasmar cómo en otras ocasiones se recurren a desnudo femenibos también gratuitos, sin que éstos causen controversia alguna.

En situación diferente se encuentra Bernard (Jeffrey Wrigth), que sigue conmocionado con lo que descubrió sobre su propio origen al final de la primera temporada. Precisamente, la segunda arranca con un interrogatorio entre Bernard y Dolores, tal como pasó en la primera, sólo que esta vez es ella quien está al mando y quien quiere que su interlocutor le hable sobre sus sueños. Tal como ocurrió en el episodio piloto parece que ese diálogo tiene lugar en algún momento indetermindado del futuro, pero no acertamos a saber cuándo. El situarlo cronológicamente depende de la imaginación del espectador.

Ya está confirmado que en Westworld veremos distintas versiones del parque temático. En la película clásica de los años 70, además del salvaje oeste, tenían zonas dedicadas a la Edad Media y a la Antigua Roma. Los avances que llegan a través de internet apuntan a otra área totalmente diferente, el Japón de los samurais, pero que podrían ser hasta un total de seis. Uno de los motivos del retraso para los nuevos episodios era dar tiempo a los creadores de la serie, Jonathan Nolan y Lisa Joy, para definir las siguientes temporadas y garantizar que Westworld es una serie de largo recorrido. En el fondo, Westworld tiene más de Perdidos Perdidosque de Juego de Tronos. No hay que olvidar que la mano de J. J. Abrams está detrás de todo. Y así van proliferando episodio tras episodio nuevos misterios y teorías con los que los fans se devanan la cabeza semana tras semana.