Hacer una serie de televisión apoyada en el protagonismo de uno de los personajes más extraños de la franquicia de los X-Men de Marvel era una apuesta arriesgada que no podía dejarse en manos de cualquiera. De hecho, la Fox ha tenido todo un acierto al poner al frente del proyecto a Noah Hawley, que ha demostrado ser uno de los creativos más interesantes de la cadena con su sobresaliente recreación del universo cinematográfico de los hermanos Cohen en Fargo. Una de las principales características del protagonista de "Legión" es que se trata de un enfermo mental, cuyos poderes son precisamente la fuente de su locura. La serie nos sumerge en las profundidades de la mente de David Haller, cuyo nombre en clave es, por si no lo habían imaginado ya, Legión. Sus delirios, sus alucinaciones, sus pensamientos caóticos que van pasando de un momento a otro como si estuviéramos en medio de un sueño y sin saber distinguir la realidad de la ficción nos abrumarán en un fascinante viaje en la mente del protagonista. Así transcurre la rutinaria vida de Haller en un psiquiátrico, medicado hasta las cejas, hasta que descubre que quizá no es locura lo que sufre. Todas esas voces en su cabeza, todos esos amigos imaginarios que le rodean son manifestaciones de sus poderes. Y, lo que es peor, su encierro no tiene nada de terapéutico, sino que posiblemente el Gobierno pretende tenerlo controlado, temeroso de lo que podría hacer el mutante más poderoso de la Tierra si se le dejara suelto bajo su libre albedrío.

Legión nos habla del camino a la redención de su protagonista, un antihéroe que sufre una revelación en cuanto se enamora de su nueva compañera en el sanatorio mental. Ese momento que le provoca la revelación de que quizá no esté loco y que, en consecuencia, quiera alcanzar todo su potencial como persona. Noah Hawley no se limita a poner su nombre en Legion, ya que ha sido el guionista y también dirige el episodio piloto. La serie está alejada de lo que el canon convencional califica como serie de superhéroes y recuerda más a otras películas ambientadas en instituciones para enfermos mentales como Alguien voló sobre el nido del cuco de Milos Forman o la coreana Soy un cyborg de Park Chan-wook. Bajo el lema de "los raros al poder", Hawley construye un relato para reivindicar a los inadaptados, trabajo que hace con un peculiar sentido estético y personalidad propia. Consigue meter al espectador en la mente de David Haller y sumergirle en su locura, transmitiendo su inquietud ante el hecho de no saber cuando se encuentra en medio de una visión o de una situación real. Y todo ello fiel a los cómics de los mutantes, que reflejan a inadaptados en su búsqueda por encajar con sus poderes en el mundo real.

El personaje de Legion fue creado para el cómic en 1985 por el guionista Chris Claremont y el dibujante Bill Sienkiewicz para la serie de Los nuevos mutantes, primer spin-off de los X-Men. Legión era el hijo secreto del profesor Charles Xavier, fruto de su relación con un amor de juventud. La madre de David Haller revelaba a Xavier que tuvieron un hijo en sus años mozos, cuando acude a él para pedirle ayuda al verse desbordada por los poderes y las enfermedades mentales de su retoño. El peculiar estilo del dibujante, que en su época escandalizó a muchos lectores por su vanguardismo, ha marcado siempre al personaje, al que basta echar un vistazo para darse cuenta de que estamos ante alguien "raro, raro, raro". En función del guionista que lo ha tratado, su personalidad se ha movido entra la del villano y el héroe, por lo que el mejor calificativo del personaje es el de antihéroe. Legión vivió su particular momento de gloria a mitad de los años 90 cuando, empeñado en ayudar a su padre en su misión de alcanzar un mundo en el que mutantes y humanos coexistieran pacíficamente, decide usar sus poderes para viajar al pasado y matar a Magneto, antes de que éste se convirtiera en el terrorista mutante más buscado de la Tierra. Sin embargo, algo falla y al que acaba matando es al propio Charles Xavier generando un realidad alternativa de pesadilla. Un mundo fascista dominado por el villano más macarra de Marvel, Apocalipsis, al no haber una Patrulla X liderada por Xavier que le hiciera frente. El grupo de superhérores está dirigido por Magneto, que trata de continuar el legado de su amigo, que murió salvándole la vida. Durante cuatro meses, la cabecera de una docena de colecciones cambió para contarnos historias ambientadas en ese mundo de pesadilla, que volvió a consolidar a los X-Men como una de las franquicias más rentables de Marvel. No hace falta decir que la ambiciosa saga terminó cuando los héroes conseguían corregir la anomalía temporal y devolver las aguas a su cauce.

La creación de esta serie de televisión ha sido posible gracias a la pugna por el control de los derechos de los personajes que Marvel mantiene con la Fox. Durante años, Marvel desperdició el potencial cinematográfico de sus personajes malvendiendo los derechos de sus cómics a productoras en cine de serie B que realizó adaptaciones de una calidad dudosa, que se apilaban en los lugares más infectos de las estanterías de los videoclubs, y que posiblemente hayan sido la causa de ese recelo que muchos tienen hacia el género. La situación empezó a cambiar en los 2000, cuando la editorial recuperó los derechos dilapidados y empezó a venderlos a otras productoras capaces de hacer películas más solventes. Entre otros, Sony se quedó con Spiderman y la Fox con los X-Men y los Cuatro Fantásticos. Con Disney como propietaria de Marvel, los estudios del ratón Mickey también empezaron a lanzar sus propias películas con los personajes que se quedaron y crearon un universo que compartían todos los superhéroes, con frecuentes cruces entre un título y otro, y que continúa expandiéndose más y más. El éxito de la iniciativa fue tal, que Disney pronto quiso recuperar los derechos de sus superhéroes vendidos a otros estudios. Poco a poco, algunos de ellos han ido volviendo a su casa, el último de ellos Spiderman. Pero la Fox no está dispuesta a ceder la gallina de los huevos de oro y quiere seguir explotando a sus personajes. Especialmente los de la franquicia de X-Men, de los que no sólo sigue estrenando películas en la gran pantalla, sino que ahora también tiene en marcha proyectos televisivos para ellos. En respuesta, Disney ya está preparando su propia serie de Los Inhumanos para la Abc, personajes con los que pretende sustituir en la pantalla la ausencia de los inadaptados con poderes más populares de su catálogo editorial.

No es casual que Legión se haya estrenado un año después que X-Men Apocalipsis. Ya hemos hablado del vínculo que comparten en el cómic estos dos personajes. De hecho, Brian Singer, director de la película, es uno de los productores de la serie. No se me asuste el personal, porque la serie no tiene ninguna conexión argumental con la película, salvo que salen mutantes. No hace falta haber visto nada de la franquicia para seguirla. De hecho, David Haller no se nos presenta como hijo de Charles Xavier, sino que se nos dice que el padre del personaje era un astrónomo. Un cambio argumental que, salvo sorpresas de última hora, apunta a que la serie se va a desvincular totalmente de las películas. La pugna entre los dos estudios ha servido al menos para concebir un proyecto de calidad que cambiará esquemas a todos los que piensan que las series de superhéroes son cosas como Agentes de Shield o Arrow. Legión se aproxima más a lo que Netfilx ya hace con otros personajes de la editorial como Jessica Jones, Daredevil o Luke Cage. Por cierto que Fox tiene también los derechos para dos series basadas personajes de la editorial rival de Marvel, la DC, como son Gotham y Lucifer.

Tras dos episodios emitidos de un total de ocho, aún es pronto para saber si Legión contará con segunda temporada o será una miniserie. Para cuando llegue ese momento, seguiremos disfrutando del talento de Noah Hawley, ya que esta misma semana se ha anunciado la tercera entrega de Fargo. Ewan McGregor será uno de sus protagonistas interpretando a dos personales diferentes y contará también con Carrie Coon (The Leftovers) y Mary Elisabeth Winstead (Braindead), entre otros.