Las fábulas distópicas sobre los riesgos de la tecnología han llegado a Netflix. Es el momento de dejar el teléfono móvil de lado. De descansar de los tweets y de los "Me gusta". De aparcar las cacerías de Pokémon. Todo para prestar atención a estos cuentos sobre la realidad de pesadilla que estamos creando entre todos al depender demasiado de estos dispositivos. Ha llegado la hora de Black Mirror. Después de una época en la que los episodios llegaban con cuentagotas, la plataforma en streaming nos ha obsequiado con seis nuevas historias de golpe. Casi el mismo número que los que ya llevaba emitidos el Channel 4 de la televisión británica. Charlie Brooker, creador de la serie, ha dado el salto al charco para ofrecernos la primera mitad de la tercera temporada en Netflix. Los otros seis episodios los tendremos el próximo 2017. En estas semanas, son muchos los seriófilos que han aprovechado para hacerse un maratón y ponerse al día con la serie. Cada episodio es una historia independiente y, aunque no es necesario ver todos, sí es recomendable. Dada la variedad de temas y de tonos con los que está contada, la temporada al completo se ofrece como un menú degustación, en el que el sabor de boca que ha dejado el último episodio puede condicionar la actitud antes de zamparse el siguiente. Comedia, terror, suspense, un toque de romance, hazañas bélicas y un thriller para conspiranoicos. Éste es el menú para este tercer año de serie en un nuevo canal. Lo habitual es ver Black Mirror en orden cronológico, pero esta semana en el blog hemos ordenado los seis nuevos episodios de peor a mejor.

6) Playtesting (3x02). El peor capítulo de la temporada. Es un quiero y no puedo. Esperábamos más de este episodio, que estaba dedicado a los videojuegos. Sobre todo después de que este verano hemos vivido el boom de Pokémon Go. No hay planteamientos sutiles, ni fina ironía. Todo es es bastante facilón. El protagonista se ve envuelto en una de esas situaciones en las que ya no sabe dintinguir entre realidad y ficción, al ofrecerse voluntario para probar un nuevo sistema de videojuegos a través de la realidad virtual. El capítulo tiene algún hallazgo, como equiparar la situación que vive el protagonista con el Alzheimer de su padre, y algún que otro susto arácnido. Empieza mejor que acaba y todas las buenas intenciones se vienen abajo en la segunda mitad.

5) La ciencia de matar (3x05). A este episodio le pasa algo parecido que al anterior, ya que en el fondo los dos vienen a hablar de lo mismo: tecnologías que dificultan distinguir la realidad de la ficción. El alto mando de de las Fuerzas Armadas ha logrado un nuevo sistema con el que obtener soldados más eficaces y que liquiden al enemigo, sin ningún tipo de dudas éticas ni planteamientos morales. Es la manera más eficaz de acometer una limpieza étnica sin que las tropas rechisten, porque el enemigo es alguien a quien perciben como un ser repulsivo. Las órdenes se siguen a ciegas y los soldados se consideran a sí mismos grandes héroes. Pero no todo es lo que parece. El problema del capítulo es que también eso se ve venir desde el primer asalto en busca de las Cucarachas, que es como llaman a ese repulsivo enemigo con el que hay que acabar a toda costa.

4) Cállate y baila (3x03). Una historia de clima asfixiante sobre un grupo de personas a los que un hacker ha arrebatado sus más íntimos secretos del interior de sus discos duros y amenaza con hacerlos públicos. La privacidad ha dejado de existir con los ordenadores y no hay secretos que escapen a la búsqueda de un pirata informático con un mínimo de habilidad. La información en malas manos puede permitir controlar a la gente como meras marionetas. Tras haber sufrido durante todo el episodio junto con los extorsionados y comprobar que los chantajes no van dirigidos ni a uno, ni a dos, ni a tres personas, sino que es algo mucho más amplio, al final nos encontramos con que aquello que trataban de proteger no les deja en el mejor de los lugares. ¿Nos identificamos más con el hacker o con sus víctimas al final del episodio?

3) Odio nacional (3x06).: Es el último episodio de la temporada y se presenta en formato thriller. El metraje es de hora y media de duración y está especialmente dedicado a los conspiranoicos. El pretexto es una historia policiaca en la que un hacker (otra vez) logra controlar a las abejas-robot que puso en marcha el Gobierno en un programa experimental para suplir la desaparición de estos insectos. Sin embargo, a lo largo del capítulo subyace una gran pregunta. ¿De dónde sale todo ese odio que día nos salpica de bilis a todos en las redes sociales? Gente que entra a insultar a personas a las que no conoce de nada. Durante los linchamientos en masa, el individuo solía quedar en el anonimato amparándose en la multitud de personas que hacían lo mismo. Sin embargo, en las redes todo consta y haber utilizado un determinado hashtag basta para que uno quede etiquetado y clasificado. La moraleja es que el odio genera odio y el que siembra odio acaba recibiendo lo que repartió.

2) Caída en picado (3x01). Un episodio de lujo para presentar la temporada, con Bryce Dallas Howard como protagonista. El tono de comedia nos hace tragar mejor la aterradora realidad que nos presenta. Un futuro no demasiado lejano en el que el estatus social vendrá determinado con el número de Likes de tu perfil en la red social. Hablar con alguien impopular puede hacer perder puntos a marchas forzadas y para mantener la puntuación hay que intentar caer bien a todo el mundo. Los intentos desesperados de la protagonista para intentar arañar unas décimas más la conducirán a una espiral en la que perderá totalmente la dignidad, iniciando una caída en picado a los infiernos del ninguneo en las redes sociales. Cuanto más intenta recuperar el favor del público, más patética resulta.

1) San Junipero (3x04): Una joya de la televisión y lo mejor de toda la temporada. Ya estaba un poco cansado de esa moraleja de que la tecnología es el coco, cuando me encuentro con este episodio que es el único que tiene un trasfondo optimista y ofrece atisbos de esperanza a sus protagonistas. Al menos para lo que esta serie tiene acostumbrado a su público. Tanto hablar de los riesgos de la tecnología y en San Juniparo encontramos la metáfora perfecta de la inmortalidad y el nuevo paraíso terrenal. El hombre ha conseguido reemplazar a Dios. No esperes una historia angustiosa, ni de suspense, sino todo lo contrario. Es un capítulo intimista sobre dos mujeres muy distintas entre sí, que se aman y que inician un romance. San Juniparo parece el único lugar donde no tienen que ocultar su amor. Protagonizan la historia Mackenzie Davis (a la que recordarán los fans de Halt Catch and Fire) y Gugu Mbatha-Raw. "El cielo azul es un lugar en la tierra", cantaba Belinda Carlisle en los 80 y no es casual que sea el tema principal de la banda sonora del episodio. Una vez acabado cuesta quitarse la canción de la cabeza. Pero no es el único hit de los 80 que forma parte de la banda sonora. La recopilación de música convierte a este pueblecito en todo un paraíso para los melómanos de esa década: Simple Minds, Robert Palmer, INXS, Terence Trent D´Arby... ¿Será el homenaje de Black Mirror a todas esas series ambientadas en los 80 o es que los creativos tienen muy claro a qué sector de la audiencia van a tocar la zona sensible? Charlie Brooker ha publicado en Spotify la lista con las canciones del capítulo y otras que les gustaría haber usado también. Tras la última escena, que transcurre en paralelo a los títulos de crédito finales, está garantizado que caerá alguna que otra lágrima.